Mikahil miraba la fiesta desde su mesa como en un sueño, todo envuelto en bruma y sopor. No podía esperar el momento en el que todo eso terminara, fueron innumerables fotos, demasiadas personas, sonrisas falsas por aquí y por allá, creía que si alguien más se acercaba terminaría disparándole con un arma, aunque no tenía ninguna a la mano.
El medico ya le había inyectado dos veces y se negaba a una tercera, no tenía apetito y comenzaba a sentirse mareado, todo lo contrario, a su prometida que parecía estar comiendo de ansiedad, incluso había vomitado hace un momento. Por suerte fue cuando estaban a solas o más chismes se dirían. No porque a él le importaran, sino porque a ella sí. Christophine no dejaba de mirar a su familia, su insoportable tía ya había ido a reclamarle por el vestido que no usó y por ser entregada por su suegro en el altar. Además de nombrar a Mikahil Duque, algo que al parecer debió de informar a todos en la familia y discutirlo hasta que todos votaran a favor. Había tratado de montar una escena, pero afortunadamente su hermana decidió que ese era un gran momento para invocar los brindis y celebrara a la feliz pareja salvándolos de esa penosa situación.
Su boda no parecía una celebración, parecía un juicio, todos tenían algo que decir o criticar aun cuando todo parecía ser perfecto, si esa era la vida de un aristócrata, era repugnante, todos eran pésimos actores que al voltear el rostro descubrían sus horribles máscaras, asi que Mikahil dio la orden de que ningún miembro de la familia seles volviera a acercar.
Sivail había tratado sigilosamente acercarse a su hija, pero un par de escoltas se lo habían impedido, pues estaban muy ocupados recibiendo los presentes y respetos de los lideres de carteles menores y presidentes de organizaciones no tan respetables, todos querían estrechar su mano para que pudiera reconocer sus nombres o rostros, algunos por respeto, otros por vanidad. Como Mikahil esperaba tener el control de todo lo que antes su suegro administraba, no perdía oportunidad de presentarse.
Aunque también no quería que Chris siguiera preocupada, necesitaban descansar y alejar a su esposa de toda esa gente, pues la notaba cada vez mas cansada y ansiosa mirando a su padre de reojo.
- Mikahil, creo que es momento de retirarnos, no puedo comer más y mi padre no deja de mirarme.
Chris estaba muy nerviosa, se retorcía las manos y miraba de reojo a Sivail que fingía ser un padre amable y solicito cuando lo que Mikahil se imaginaba es que trataba de impedir que su hija le presentara a él como nuevo líder de su territorio.
- Por supuesto. Solo un momento.
Un grupo de hombres que había estado charlando de lo más animados con Sivail y estrechando sus manos complacidos se dirigían a su mesa, MIkhail hizo un esfuerzo sobre humano para levantarse y recibirlos debidamente, había preguntado antes a su esposa y al parecer eran los socios directos de su padre, traficantes de arte y coleccionistas, pocas personas, pero mucho dinero.
Al llegar al estrado que los novios ocupaban Mikahil los recibió con una sonrisa afable, los hombres le dieron la mano, pero su atención estaba en Christophine, con sonrisas zalameras le felicitaban por su título, le decían lo hermosa que estaba y cuanto se parecía a su difunta madre, ignorando al Duque por completo.
- Su padre nos ha asegurado que nuestra sociedad sigue igual, esperamos que asi sea Madame.
Chris no estaba para nada sorprendida de las palabras de esos hombres, sabía que su padre estaba seguro de que todo seguiría igual, creía que seguiría teniendo el control de sus bienes y probablemente hubiese sido así de no ser por los acontecimientos de ese día donde solo su prometido acudió a su auxilio. Estaba enfurecida y decepcionad, pero sobre todo herida. Además esos hombres habían estaban ignorando a Mikahil y eso era una ofensa para los dos.
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Amor Ilegal 2
RomanceChristophine Daniau Sauvageau fue criada para ser la esposa perfecta, la mujer perfecta y la hija perfecta. Desde niña se le educó para ser la Princesa de la mafia, se casaría con Valentino Brooks y sería la consorte perfecta. Solo que no es perfect...