Capítulo 12

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Estaban en Avenue Montaigne, la calle de la moda en parís, Christophine y Antonella eran escoltadas por Jacob, Dom y Richard para ir de compras a las mejores tiendas y boutiques mientras Dima estaba sentado en ese lugar silencioso junto a Mikahil. Hubiese querido ir con ellos, pero estaba harto del ruido, demasiadas personas, sobre todo mujeres parloteando por todos lados. No podía creer que le esperaba todo un mes en esa ciudad tan ruidosa teniendo que soportar a toda la familia.

- ¿Qué hago aquí?

- Ya te lo dije, estás en parís, soy Mikahil, estás bien.

- No me hables como a un estúpido, imbécil, se dónde estoy, lo que quise decir es que hago aquí contigo en lugar de estar con Dom y Antonella.

La chica que atendía en la casa de modas se sobresaltó con el arrebato del ruso y corrió al fondo de la tienda, Dima tenía toda la imagen de un mafioso, usaba uno de esos trajes negros a medida con un pesado bastón con la cabeza de un león negro y "miraba" a todos con sus ojos muertos detrás de unas gafas oscuras haciéndolos retroceder.

Se habían quedado solos después de que a Chris se le tomaran las medidas para el vestido de bodas, ahora la modista estaba haciendo cálculos de material para darles un precio y tiempo estimado de entrega.

- Necesitaba hablar a solas contigo, tenemos un tema de interés.

- Si te refieres al bastardo italiano, déjame decirte que pierdes el tiempo, nadie sabe nada de él, Dom fue él mismo al palacio de Santino y no había nadie.

En opinión de Mikahil se estaban tomado demasiado tiempo en reclamar el territorio, si no lo hacían, alguien trataría de adelantárseles, pero eso no era tan importante de momento. Lo que ahora planeaba era sacar a Alessandro de su escondite, además de que Mika no confiaba en Dom, sus esposos cometían ese error, pero él no. Dominic bordeaba una ligera línea entre la benevolencia y la estupidez, no podía hacer una acusación ahora, pero si ya una vez Dom le dio la libertad a Santino, podría estar encubriéndolo ahora.

- Eso no quiere decir que no esté por alli escondido como una rata. Nadie en la organización sabe que me caso con Chris, tampoco saben que Valentino está con Dema y Leonardo, solo saben que lo exiliamos, quiero anunciar mi boda de manera que piensen que es Valentino quien se casa con mi prometida.

- ¿Crees que vendrá por ella el día de su boda?

Se le había ocurrido justo ahora cuando su hermana comenzó a ponerse nerviosa en ese lugar, ella había estado fuera de la casa de novias cuando la secuestraron, los italianos tenían algo por el romanticismo, eran dramáticos. Alessandro no estaría pensando en arruinar la boda de Valentino, pensaría que estaría salvando a Christophine. Mikahil no podía decir a nadie que estaba seguro de que su prometida aun albergar sentimientos por el italiano, su orgullo se lo impedía, pero esos silencios cuando se mencionaba cualquier alusión a Italia o a sus dias en el internado se lo confirmaban. Ubo un tiempo que Alessandro fue el mejor amigo y confidente de Christophine y eso le molestaba de una forma que no podía explicar. Pero confiaba en ese amor adolescente para que el italiano apareciera.

- O antes, la boda se adelantó, pero no es suficiente, quiero que los avisos a las triadas sean a solo diez dias de la boda, asi tendrá que improvisar y a nosotros nos da tiempo para estar listos.

- ¿Y si no aparece?

- Sé que lo hará, él es a quien más odia, ella a quien ama, no permitirá que estén juntos.

Se escucharon pasos y el deslizar de telas, asi que Dima se guardó sus palabras, había solo un inconveniente en el plan de MIkahil y era que él no confiaba en Christophine, asi que de ser necesario la sacrificaría, no permitiría que nadie se interpusiera en su venganza. Los franceses se le antojaban hipócritas, por mucho que lo compararan con Richard él no comprometería a sus hijos por negocios, asi que no podía confiar en Sivail y su hija, ella parecía bastante dispuesta a su compromiso, a seguir con el negocio de su familia, asi que todo podía ser una trampa.

Amor Ilegal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora