𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 1: ¿𝘠 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘴?

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2 de septiembre del 2011, Francia.
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El primer día de clases en aquel instituto que tantos problemas me habían transmitido hace años...Me da asco recordar lo mal que la pasé mis años ahí, pero he tenido que volver por simple obligación de ahora mi único padre, un hombre ocupado ahora que está soltero y con una cafetería que atender. Hace alrededor de un año mis padres se divorciaron y tuvimos que irnos a otra ciudad debido al nuevo trabajo de mi padre, una vieja ciudad a la que, como ya dije, he estado y ojalá nunca haberla pisado, pero aquí estoy.

Me desperté bastante temprano, odio ser impuntual a algo y tener mala fama desde el minuto uno, aunque ya tenga mala fama desde antes. La ropa que usaría estaba colgada con una percha en el pomo de mi armario desde la noche anterior, por lo cual la saqué de la misma y me dispuse a cambiarme rápidamente. Mi padre se había ido más temprano de lo normal, por lo que tenía como siempre el plato de comida en la nevera preparado para calentar junto con una notita en la misma diciendo: "¡Que tengas un buen día en el insti, corazón! Besos de tu papaíto, mwah." Junto con un gracioso conejito dibujado en una esquina, siempre trata de hacerme sentir querido a pesar de lo ocupado que suele estar.

Una vez desayuné, me dispuse a irme al baño para prepararme un poco. Tenía horribles ojeras que siempre trataba de tapar con un poco de maquillaje. Mi pelo en cambio estaba muy bien cuidado, era de color castaño con un flequillo tintado de azul claro, ¡amo el azul! Diría que es mi color preferido. Con una coleta recogí lo que venía siendo la parte de delante, atándola y quedando un semirecogido, es el peinado que más uso. Después de arreglarme un total de 10 minutos, salí del baño y subí a mi habitación para preparar mi mochila.

Cuando finalicé todo lo que tenía pendiente hablando de preparación, salí de casa alrededor de las 7:40 de la mañana. El instituto no quedaba muy lejos de mi casa, por lo que podía ir tranquilamente caminando. Durante el camino, pasé por la cafetería en la que trabajaba mi padre, saludándolo cuando este me vió, parecía bastante preocupado de mi primer día sabiendo los conflictos que tuve hace años en el mismo instituto, aunque rápidamente siguió con su trabajo debido a los clientes que recién llegaban, puesto que era uno de los cafés más famosos de la ciudad.

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Llegué al instituto Sweet Amoris, observando como los estudiantes iban llegando al mismo tiempo que yo...Dios Santo, ¿por qué me siento tan asustado? ¡Imposible que alguien acuerde esas sucias mentiras!...Lo recordaba como si hubiera sido ayer, pero por suerte los bandos fueron igualados aquella vez, por lo que me limité a tomar un poco de aire y seguir con mi camino con los nervios invadiendo mi cuerpo. En cuanto pisé los pasillos del instituto, pude observar aquel grupo de 3 pelmazas que...Mira, no las voy a insultar más por simple respeto. Amber...Amber no era una chica que hubiese tomado mucha importancia, pero sin duda era bastante... Insoportable. Pero, ¿cómo me iba a reconocer tan fácil? ¡He cambiado mucho!.. Traté de hacerme el loco abriendo mi taquilla, pero fingir no funcionó de mucho.

—"¡Anda! ¡Jeeerry!~". Alargó el apodo como si estuviese orgullosa de haberme encontrado. Odié ese apodo, de los tantos que me pusieron ESE era el peor...

—"Ni se te ocurra volver a llamarme de esa forma". No le quería seguir demasiado el juego a esa mujer, no llegaría a nada, pero trataba de ser lo más amable posible dentro de lo que cabía.

—"Te han estado llamando así TOOODO el bendito tiempo desde que te fuiste como una gallina suel-". El sonido de mi taquilla cerrándose interrumpió su monólogo innecesario, caminando por los pasillos y dejándola plantada hablando sola, la rabia que le tenía yo a esa chica era horrible, primeramente porque no tenía personalidad ninguna.

Musical Looks ★ Castiel X Male!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora