Capítulo 4

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Pov Hyukjae

Su boca era deliciosa mientras salía de él, sus labios se abrían sin corresponderme soltando un quejido. Me separé completamente de su cuerpo, bajando de la cama y quitándome los bóxers mientras disfrutaba de su respiración agitada, de ver mi semen bajando por sus muslos. Se dejó caer y me tumbé a su lado, boca arriba. Nos tiré una sábana por encima. Cuando lo miré, el también me miraba completamente sorprendido y ruborizado.

-¿N-no te marchas?

Miré el reloj, aún no eran ni las dos de la madrugada. Con lo solitario y aburrido que estaba en casa, prefería quedarme a observarlo mientras dormía.

-Cuando esté a punto de amanecer, ¿o prefieres que me vaya?

-No...-se levantó un poco sobre sus codos, mirando la almohada, jugando con sus dedos- P-pero es raro.

Pasando ambas manos tras mi nuca, me puse más cómodo frente al techo iluminado sólo por la luna, igual que su cuerpo. De todos modos mis ojos me permitían ver bien en la oscuridad. Su sonrojo era inocultable. Me incliné hacia él, de lado, apoyándome en un codo, besándole la mejilla con sorna una y otra vez.

-No me apetece estar solo -le di un lametón, bajando luego los besos hasta la comisura de sus labios-, es aburrido.

-Uhm...-le di un fuerte apretón a una de sus nalgas, besándolo bruscamente después. No podía dejar de hacerlo, era como una droga que me llamaba todo el tiempo. Pasé la lengua por sus labios, ladeando la cabeza me correspondió abriendo la boca. Profundicé más mientras bajaba la mano hasta su pierna.

Él solo, sin necesidad de que le dijera nada, se tumbó de lado y pegó sus manos a mi pecho. Le cogí la pierna, subiéndola a mi cadera y en un rápido movimiento me puse sobre él, entre sus piernas.

-Mala suerte, Donghae -tirando del labio superior, le llené la boca de sangre. Gimió-. Ya puedes ir llamando al trabajo, porque no podrás moverte mañana.

***

Di media vuelta con los ojos cerrados, abrazando a la persona que dormía a mi lado. Podía sentir la vainilla atravesarme las fosas nasales, su espalda pegada a mi pecho, la mía ardiendo, caliente, quemando, mucho...¡muchísimo!

Me giré, vi la ventana abierta y el sol atravesándola como si me diera los buenos días. Me levanté de golpe, corriendo a cerrar las cortinas, bajar las persianas, hacer todo lo posible para que el sol no me tocara. Me froté los ojos, algo escocidos, y corrí desnudo hasta el baño.

Crucé los brazos frente al espejo, chasqueé la lengua al recordar que iba a serme imposible ver cuan grave era la quemadura. Puse los ojos en blanco, mordiéndome el labio y estirando el brazo para tocarme la espalda.

-¡AAHH! Como quema, ¡joder!

Unos pasos fuertes y rápidos de oyeron y luego Donghae, en bóxers, abrió la puerta. Me vio y se llevó una mano a la boca, señaló mi cuerpo con la otra.

-¿Q-qué ha pasado?

Hice una mueca, una sonrisa llena de dolor. Levanté las manos hacia el pequeño armario y busqué una crema que pudiera disminuir el quemazón.

-Me he dormido -gruñí frustrado-. ¿No tienes nada contra el sol? ¡¿Acaso no vas a la playa?!

Asustado, dio un paso hacia atrás; y lo entendía, es decir, tenía a un vampiro rabioso y desnudo en su baño. Se puso rojo, señalando debajo del fregadero, a otro pequeño armario. Me agaché y él apartó su mirada. Cuando lo abrí, una crema especial para las quemaduras me saludó. La cogí y me levanté.

RH+ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora