Capítulo 6

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  - Hyuk...Hyukjae...¿q...qué haces? 

Todo había pasado tan rápido que no me di ni cuenta. Sus uñas se habían clavado aún más en mis hombros y tenía los ojos tan rojos como la sangre. Yo tartamudeaba y mi cuerpo temblaba contra la pared, pero no me daba miedo. Todos mis sentidos estaban despiertos, esperando a que me mordiera.

  - No lo sé -gruñó, soltándome pero poniendo una mano a cada lado de mi cabeza-. Estoy enfadado. 

  - ¿Conmigo?

Jadeó en mi cuello-. Joder, Donghae. 

Apoyó la frente en mi hombro y pude escuchar claramente como me olía. Parecía un perro hambriento. Sus manos se apartaron de arriba y las sentí de pronto en mis caderas.

  - Hueles... -levantó la cabeza y su respiración me golpeó los labios- Hueles a virgen. 

No entendía nada, de verdad no entendía porqué de pronto estaba comportándose así. Su mirada desbordaba lujuria, sus manos parecían querer estar literalmente clavadas a mi cuerpo, pero decirme que olía a virgen cuando él mismo me había hecho tantas cosas...Me desconcertaba.

  - Y-yo...-intenté hablar. De verdad lo intenté, pero ya estaba besándome antes de que pudiera decir otra palabra.  

Era todo lo contrario a amable, mordiéndome los labios y chupándolos sin pararse a lamerlos luego. Se me curaron solos y cada vez parecía ir a peor, con sus colmillos rasgándome la lengua. Dolió menos de lo que imaginaba. Ni siquiera pude saborear mi sangre antes de que mi cabeza golpeara la pared y su boca atrapara la mía aún más. Esta vez sentía que se la iba a comer literalmente.

Un dolor agudo me atravesó las piernas de repente. Abrí los ojos y un fuerte alarido salió de mi garganta y se perdió en sus labios. ¿Qué había sido eso? Sentí que perdía el equilibrio, que me iba a caer en cualquier momento si Hyukjae me soltaba las...¿piernas?

Subí las manos a sus hombros y lo aparté con más fuerza de la que jamás pensé tener. Pero él tenía aún más que yo. Aún así se separó y dio un paso atrás. Su mirada era tan oscura que profundizaba la maldad de su sonrisa. Levantó las manos cubiertas de sangre y se las llevó a la boca, lamiéndose los dedos sin dejar de mirarme a los ojos.

  - Delicioso -me tembló todo el cuerpo. No era miedo lo que sentía, pero tampoco era excitación. Simplemente era el hecho de mirar abajo y saber que era él quien acababa de romperme los pantalones y arañarme los muslos.

Bueno, tal vez sí era excitación.

  - Donghae -canturreó. Me cogió un brazo y tiró de mi hacia él. Cuando bajo su mano libre a mi pierna, ya no dolía-, ¿por qué eres tan adorable?

  - ¿E-eh? -me cogió una nalga de pronto y abrí la boca cuando subió la mano hasta la goma del pantalón, arrancándolo del todo.

  - Es hora de que me digas todo lo que sabes sobre las conversiones.

Me sentí terriblemente avergonzado. No era solo que me estuviera acariciando las piernas y el trasero sin pudor, pero el estar delante del cuadro de su esposa... No podía reaccionar muy bien ante eso. Dejé que mis dedos se cernieran sobre sus hombros nuevamente.

  - ¿Q-qué quieres sa...aber?

Bajé la cabeza y cerré los ojos. Gemí en voz baja, cerrando los dedos y notando su dedo entre mis nalgas, sobre los bóxers.

  - Vamos, Donghae, piensa un poco. -presionó hacia dentro, haciendo que la tela y su dedo rozaran mi entrada- Tienes que saber qué me está pasando.    

RH+ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora