Pov Hyukjae
No me hizo falta mirar el reloj para saber que era la hora de cenar, podía oler desde la puerta la comida que se paseaba en carritos por los pasillos, podía oír cómo las enfermeras avisaban a los pacientes y tuve ganas de vomitar más de una vez. Pero podía aguantar todo eso si, mientras veía las estrellas aparecer en el cielo, todo me aseguraba que el plan iba a salir bien.
Metí las manos en los bolsillos del pantalón y esperé. Esperé hasta que sus pasos llegaron a mis oídos y su cuerpo salió del hospital. Estaba sonriendo, triste, pero sonriendo. Le acaricié la mejilla con el pulgar y asintió.
-¿Todo bien?
-Perfecto. -no quería cuestionarme si era verdad o me estaba mintiendo. Era su trabajo, su niño, su vida. Una vida que dejaba atrás para unirse a mí por toda la eternidad.
-Vamos, entonces.
Le tendí la mano, poniendo mi mejor y más tranquilizadora sonrisa, y él me la cogió, con un adorable tinte rojo en sus mejillas. No podía creer que nos fuéramos a vivir juntos, que todas las cosas que quería llevarse ya estuvieran en un avión, con una agencia de mudanzas que él se había encargado de contratar. Porque yo había pasado toda la semana investigando a su padre, sintiéndome aliviado de que solo fuera un hombre que sospechaba de que el novio de su hijo era un vampiro (aunque estaba en lo cierto) y al que le gustaba mucho eso de los caza-vampiros. Aunque con la tontería aún no se me había curado la herida. Pero para lo que tenía e iba a hacer no necesitaba andar mucho.
Le robé un beso de sus adorables labios solo porque sí, no había ningún motivo. Estaba enamorado de él y me apetecía besarlo en cada momento, acariciar su cuerpo todo el tiempo, oírlo gemir cada segundo de nuestra muerte. Pero tendría que ser paciente.
Me miró sorprendido y avergonzado, pero no soltó mi mano, solo se quedó quieto y espero a que yo hiciera algo. Quería tirarlo al suelo y hacérselo en mitad de la calle, que todos vieran que es mío, que va a ser mío para siempre. Aparté la mirada de su cuerpo y comencé a caminar.
-¿Vamos en avión? -me preguntó cuando estábamos llegando al aeropuerto. Era enorme, tanto que me sorprendió. Asentí y miré las diez en el reloj sobre una pared.
-En el último avión del día, que sale...-si hubiera podido, mi corazón se hubiera acelerado en aquel momento- ¡sale ya!
Tiré de su mano y corrimos, y en un segundo estuvimos en la cola con los pocos pasajeros que viajaban a las diez de la noche y hacia un sitio tan poco transitado como aquel. Saqué los billetes de mi bolsillo y lo puse delante de mí, abrazándolo por la cintura.
-He comprado un sofá enorme -le susurré mientras avanzábamos. Le di los billetes a la azafata y seguí en esa postura mientras cruzábamos el pasillo. Donghae estaba rojo, pero también caliente- y quiero estrenarlo en todas las posturas posibles.
Deslicé las dos manos por su cadera hasta sus nalgas y las apreté, oyéndolo gemir en voz baja. Noté en cómo olía que tenía las mismas ganas que yo de hacerlo, pero teníamos que aguantar. Me mordí el labio al notar como mi erección había empezado a crecer, crucé el umbral de la puerta que nos internaba en el avión y traté por todos los medios de no pensar en esa deliciosa estrechez.
-¡Hyuk! -no gritó, pero lo escuché como si lo hiciera. Esquivé asientos hasta sentarme a su lado y miré a nuestro alrededor; había más gente de la que esperaba- ¿cuántas horas son de viaje?
-Siete. -mi ceño se frunció con mis propias palabras. ¿Tenía que esperar siete horas para enterrarme en él? No, dijo mi cerebro, siete más las que tardéis en llegar a la casa.
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RH+ [EunHae +18]
FanfictionHyukjae es un vampiro, aburrido de chupar la sangre de humanos estúpidos. Cuando lo hace, lame la marca de sus colmillos de inmediato, haciendo que cure y no quede señal alguna de su mordisco. Un día le llega una bolsa de sangre de un hospital. Diec...