Capítulo 1

17.7K 1.3K 591
                                    

Desperté, tumbado boca arriba y de brazos cruzados, como siempre, de la misma forma que mil años atrás. Aburrido de la monotonía de mi larga vida, giré levemente la cabeza para ver la luz de luna atravesar la tela de las cortinas débilmente. Toda mi habitación estaba a oscuras, todo el castillo en silencio, no había nadie haciéndome la más mínima compañía.

Era normal, ¿no? Después de siglos y siglos, después de conocer a gente de todas partes del mundo y verlos morir; yo no quería a nadie a mi lado. Hacía más de mil años que me había convertido en lo que ahora era, y no podía hacer más que soportarlo. Dormía por el día y vagaba por la noche, me alimentaba de la gente estúpida que se fiaba de un desconocido a medianoche, sin matarlos ni dejar marcas o cicatrices.

Mi vida como vampiro, si se le podía llamar "vida", era sumamente aburrida y solitaria; solo había un cosa que desde hacía unos días comenzaba a resultarme...divertido.

Eran las dos de la mañana, me había levantado y puesto la bata negra que me camuflaba entre las sombras. Bajando las escaleras hasta la planta baja y sentado en el sillón, hundido en la penumbra, me deleité con un vaso de vino del 83, no era el mejor que tenía, pero lo había empezado una noche por error y hubiera sido un desperdicio no terminar la botella antes de empezar otra. Me bebí la copa con tal lentitud que un zombie se hubiera burlado de mí, saboreando cada rastro de uva que quedaba en ese antiguo y delicioso vino rojizo como la sangre.

El timbre sonó, como todas las noches desde hacía exactamente dieciséis días. Me levanté y arrastré los pies hasta estar frente a la puerta, estirando el brazo abrí y esperé. La luna brilló en todo su esplendor, a pesar de no estar llena ni arriba del todo, y el olor fresco del bosque que rodeaba el viejo castillo me llenó las fosas nasales. Me pasé el labio inferior cuando al mirar abajo, encontré la bolsa de sangre; era de un hospital, posiblemente robada o extraída de la misma persona que me la entregaba cada noche. Desconocía de verdad a ese personaje, lo único que sabía era que olía a vainilla y a medicamento, una mezcla tan extraña como dulce y atrayente.

Cogí la bolsa y la observé antes de entrar, delicioso y rojo medio litro de sangre se podían ver en la bolsa de plástico transparente, que colgaba de un tubo fino y largo de duro plástico cortado. Miré a los lados e intenté encontrar alguna pista más, desperdiciando otros pocos segundos de mi eterna vida. Terminé encogiéndome de hombros y deslizándome al interior del castillo de nuevo.

Me senté en el sillón y mordí el labio con un afilado colmillo antes de llevarlo, con su pareja, hacía la bolsa y clavarlos para succionar. Siempre era deliciosa, aunque nunca tenía el mismo sabor, pues probablemente no era de la misma persona; y eso solo refutaba mi teoría de que era sangre robada de un hospital. Pero yo no era quien para quejarme y solo aceptaba y me alimentaba, feliz por no tener que atacar a un humano estúpido.

Al terminar, y bastante satisfecho, subí las escaleras hasta que terminaron en la terraza. Paseé de la misma forma que siempre, con las manos en los bolsillos de la bata y el viento sacudiéndome el flequillo; pero desde hacía dieciséis días, también con la incertidumbre de quién o qué podía saber de mi existencia y peor aún de mi especie. Me apoyé en el borde de la terraza y junto a la gárgola furiosa e inerte que fingía vigilar el lugar. Suspiré saboreando mis labios.

Sabía, o al menos estaba 99'9999℅ seguro, de que aquella sangre no era de la persona que me la entregaba; también estaba seguro de que solo era una persona y siempre era la misma, con su peculiar olor. Y es que me gustaba tanto, me hacía fantasear con tantas cosas; ya fuera hombre o mujer, me hacía desearlo, querer acariciar cada parte de ese cuerpo desconocido y enterrarme profundamente en él. Hacia tanto tiempo que no yacía con alguien, tantos meses sin hacer gemir a un humano, a un vampiro, a alguien que no fuera yo mismo con mi mano derecha.

RH+ [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora