El amor es un desastre

Capitulo 6. Gallina

LOGAN

—Entonces ¿me estas diciendo que me perdí una escena digna de película entre nuestro romántico empedernido y una chica? —se burla Mack.

Ethan y Max se encargaron de no solo contarle a Mackenzie todo lo que sucedió si no que literalmente recrearon todo lo que vieron y claramente en el proceso exageraron las cosas.

—No fue así como sucedió, ellos tienen el drama en sus venas—me quejo.

—Bueno tal vez exageramos un poquito, pero lo que si paso fue que nuestro caballero aquí presente —Ethan me señaló — aventó a su damisela al piso como si le hubieran dicho que tenía una enfermedad contagiosa que si se la contagiaran moriría de inmediato.

—No puede ser Logan, así no fue como te crie, —Mackenzie me lanzo un cojín —eso es una gran red flag en ti, que vergüenza me das, hombre pendejo tenías que ser.

Mi amigos solo rieron ante mi dolor fingido y ahora tenía a tres locos para burlarse de mi, maldita sea ¿El mundo me odia tanto cómo para humillarme así? La respuesta seguramente era que si y estoy un ochenta por ciento seguro de que habrá cosas peores por venir.

—Jodanse y no lo hice a propósito, solo que me sorprendí y…

—La tiraste, —interrumpió Max— no pensé que fueras una gallina que es incapaz de sostener a una chica ¿tus músculos ya no sirven? .

—Logan, la gallina débil y pendeja —siguió Mack. 

Juro que algún día me vengare de ellos, tal vez les de un golpe con el balón en la cabeza, pero pensándolo bien sería correr el riesgo a que queden más pendejos de lo que ya están. 

—Oye yo no soy una gallina —me defendí, pero terminé riéndome junto a ellos.

—Ya dejen a la gallina en paz, estoy seguro que es más valiente que Logan y enfóquense en lo que importa.

—¿Y qué seria eso? —pregunta Max.

—Mackenzie y yo descubrimos algo sobre ya sabes quien, haciendo justo lo que suponíamos en ya sabes donde justo el día que ya sabes cual.

—¿Qué? —pregunté sin comprender. 

Se que a veces soy un poco lento para comprender algunas cosas, pero esto va más haya de mi entendimiento, son códigos que nadie me dijo que debía saber.

Mackenzie no dejaba de reír, mientras que Max intentaba —al igual que yo— comprender de que mierda estaban hablando y el imbécil de Ethan hacía señas extrañas que me hacen cuestionar si de casualidad me esta insultando.

—Hermano, si me das un beso, te lo explico mejor —Max puso cara de asco mientras Ethan intentaba abalanzarse encima de él.

—Ethan esta jugando, se saco esa información del culo para molestar—confeso Mackenzie.

No pude más con sus tonterías por lo que decidí largarme del departamento de Mackenzie. Los chicos tendrán que tomar un Uber para regresar al campus, pero se lo merecen por ser tan insoportables.

En el caminó al departamento pase por una tienda de arte, necesitaba comprar algunas pinturas nuevas y algunos pinceles, hace poco Max junto a Ethan me regalaron algunos lienzos, por lo que decidí que era buena idea pintar algunas flores y regalárselo a ellos o a la madre de Mackenzie, ya que cada que la visitaba me pedía un cuadro para su “hermosa sala de soltera”.