Capitulo 8. Memoria.

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ROMINA

Estoy comenzando a cuestionarme si de verdad estoy salada y fue por que cuando fui al mar una ola me revolcó o simplemente es que soy torpe hasta el culo, porque me niego a admitir que el universo me odia o que alguien me esta haciendo brujería, porque aquí la única bruja soy yo.

No entiendo en que momento mi vida paso de ser aburrida con toques emocionantes a ser aburrida con momentos humillantes. El lado bueno es que tendré historias para contar cuando este viejita, de seguro nadie se aburrirá de escuchar como una joven Romina termino fumigada como cucaracha por consumir gomitas con marihuana en una fiesta universitaria. 

En cuanto despierto siento mi boca muy seca, es como si no tomara agua desde hace mucho, pero mucho tiempo, mi cabeza duele y mi cuerpo se siente sin energía, aún tengo algo de sueño, pero es hora de comenzar el día. Mis ojos se sienten algo irritados, trato de enfocar bien y recordar en donde estoy, pero mi memoria esta levemente nublada. Solo recuerdo vagamente que estaba riendo en la fiesta,  Logan estaba conmigo en esa situación, pero luego desapareció, también recuerdo estar saltando en una cama y caerme, pero Cole me ayudo a levantarme, después me subieron a un auto y luego entré a un elevador, supongo que después me metí a este departamento que no reconozco y después de eso ya no recuerdo muy bien que sucedió.

Intento pararme, pero alguien esta abrazándome, espera, una… ¿una mano? ¿Qué mierda? ¿Esto es real? Tal vez pueda ser un maniquí, quizá me robe uno y como estoy demente lo metí conmigo en la cama, si, puede ser eso, no es alguien real, por favor, como si yo, no.
De los nervios suelto una risa que paro de inmediato al sentir al maniquí —claro que no lo es— moverse. 

Tranquila Romina, respira.

Con mucho cuidado aparto la mano que me rodea la cintura y me separo lo suficiente como para tratar de ver quien es la persona a mi lado. Al conseguirlo me quedo paralizada, inconscientemente me tapo la boca para no emitir un ruido que pueda despertar a quien esta a mi lado porque no podría ni mirarlo a los ojos en este momento.
Al borde de la locura trato de recordar como llegue aquí y después de tanto intentar un pequeño recuerdo de mi corriendo por el pasillo, abriendo una puerta y lanzándome a la espalda de Logan llega a mi mente. Ligeramente recuerdo estar riendo con él, pero nada de lo que decíamos tenía sentido.

Él sigue durmiendo plácidamente, espero no se despierte antes de que logre huir porque…
La puerta se abre de la nada y del susto me levanto deprisa y como la idiota que soy me caigo al piso, si tuviera dignidad y tiempo me escondería, pero estoy segura de que me escucho caer.

—¿Necesitas ayuda? —Mackenzie se acerca a mi preocupada y divertida a la vez.

Niego con la cabeza, ella solo sonríe y me extiende su mano para que me levante, lo cual agradezco y tomo con gusto.

Me duele mi cuerpo, en especial mi cola, con esta ya van tres caídas en menos de una semana. Ay dios, bien decía mi madre que las drogas son del diablo, todo lo que paso por una estúpida gomita, pero es mi culpa por ser adictas a ellas.

—Por favor no digas nada.

—No soy quien para juzgar—comenta divertida —vamos a desayunar, dejemos a la bella durmiente descansar un poco más. 

Volteo a ver a Logan y efectivamente sigue durmiendo, ni el ruido de mi caída logro despertarlo, esta muy cómodo sonriendo y yo aquí sufriendo de pena.

Siento la mirada de Mack sobre mi, la cual decido ignorar y sin decir nada, ambas salimos de la habitación y como no se donde estoy la voy a seguir, dudo mucho que me vaya a asesinar, si fuera su plan ya lo habría hecho.

El amor es un desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora