En un giro del destino, la escritora Adara Rossi es acusada de un crimen que no cometió. Secuestrada en la noche, su salvación llega con Lian, un misterioso hombre de ojos rojos capaz de cambiar de forma.
Atrapada en una red de mentiras y engaños...
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Lian... _______
Miré el número que aparecía en la pantalla de mi celular. Era mi hermano, el único que sabía lo que estaba haciendo. ¿Qué querría? ¿Acaso había descubierto algo nuevo sobre la muerte de nuestra hermana? ¿O solo quería detenerme antes de que fuera demasiado tarde?
―¿Qué quieres? ―pregunté, con voz irritada.
―Lian, escúchame bien. Tienes que soltar a esa mujer. No es la asesina de nuestra hermana. ―dijo mi hermano, con voz urgente.
―¿De qué estás hablando? Claro que lo es. Ella escribió ese maldito libro donde cuenta todo lo que le hizo a ella. Es una psicópata que disfruta torturando a sus víctimas. ―replicó, sin creerle.
―No, Lian. Ese libro es una trampa. Alguien se lo hizo escribir a ella. Ella no tiene nada que ver con lo que le pasó a nuestra hermana. ―insistió.
―¿Y cómo lo sabes? ¿Tienes alguna prueba? ―pregunté, escéptico.
―Sí, la tengo. Acabo de ver las noticias. Dicen que la escritora se suicidó esta mañana, dejando una nota donde confiesa ser la asesina de nuestra hermana. Pero eso es imposible, porque tú la tienes ahí contigo. Alguien quiere que creamos que ella es la culpable, pero no lo es. ―explicó mi hermano.
―¿Qué? ¿Estás seguro de lo que dices? ―pregunté, confundido.
―Sí, Lian. Mira las noticias tú mismo. Te enviaré el enlace por mensaje. Pero por favor, suelta a esa mujer. Tal vez ella tenga información sobre el verdadero asesino. No la mates, Lian. No cometas un error que no podrás arreglar. ―rogó.
Colgué el teléfono y miré el mensaje que me había enviado mi hermano. Abrí el enlace y vi el video de las noticias. Era cierto. La escritora que tenía a mi merced había sido declarada muerta por suicidio. Pero yo sabía que eso era una mentira. ¿Quién estaba detrás de todo esto? ¿Quién había matado a mi hermana y por qué?
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Me di cuenta de que había estado a punto de cometer un crimen horrible. Me arrepentí de haberla tratado tan mal. Quizás ella era inocente. Quizás ella podía ayudarme a encontrar al verdadero culpable.
Me acerqué a la mujer, que seguía tirada en el suelo, temblando de miedo, pero escupía fuego por los ojos, era una advertencia, ella ahora quería matarme a mi. Me arrodillé junto a ella y le quité las ataduras. Luego le dije, con voz suave:
―Lo siento, lo siento mucho. Me equivoqué contigo. No eres la asesina de mi hermana. Alguien te inculpó. Alguien te hizo escribir ese libro. ¿Sabes quién fue? ¿Sabes por qué lo hizo?
La mujer me miró con incredulidad. No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Acaso yo me había vuelto loco? ¿O era una trampa para engañarla? Ella no sabía qué decir. Solo sabía que tenía que escapar de mí lo antes posible.
―No, idiota,no sé nada pedazo de mierda. ―grito enfurecida, tratando de alejarse de mí.
―No, no te voy a dejar ir. No hasta que me digas la verdad. Tú sabes algo, lo sé. Tú puedes ayudarme a encontrar al asesino de mi hermana. Por favor, confía en mí. Yo te protegeré. ―dije, sujetándola por los hombros.
―No, no te creo. Suéltame, suéltame. ¡Hijo de perra! ―gritó ella, con desesperación.
Pero nadie la oyó. Nadie vino a salvarla. Solo estábamos ella y yo. Y el misterio que nos unía. Un misterio que podía costarnos la vida.
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¡Gracias por acompañarme en este emocionante capítulo! Voy a actualizar capítulo los días lunes, martes y domingo.
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Lian_
Me encantaría saber vuestras impresiones:
¿Quién crees que está detrás de la muerte de la hermana de Lian? ¿Cómo crees que la escritora puede ayudar a resolver el misterio?
Vuestras teorías y comentarios son siempre bienvenidos. ¡Nos vemos en el próximo capítulo!
