Cautiva del destino

97 14 4
                                    

No sabía qué hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sabía qué hacer. Él me arrastró hasta un coche, me metió en el asiento trasero y me cubrió la cabeza con una capucha, ordenándome mantenerme en silencio. Aseguró que nos dirigíamos a un lugar seguro, donde su hermano Luca nos esperaba para ayudarnos a desentrañar el misterio.
Pero no le creía. No había confianza en él, solo un profundo deseo de huir. De él. De la pesadilla que me envolvía.

El coche se movía a gran velocidad por las calles. Yo sentía el miedo, el dolor, la angustia. Yo sentía que me iba a morir.

Después de lo que me pareció una eternidad, el coche se detuvo. Lian me quitó la capucha y me sacó del coche. Me agarró del brazo y me llevó a una casa. Una casa vieja, sucia, abandonada en medio de lo que al parecer era un bosque. Una casa que no me inspiraba ninguna confianza.

Entramos en la casa y nos encontramos con un hombre. Un hombre que se parecía mucho a Lian. Un hombre que debía ser Luca. Un hombre que me miró con sorpresa y compasión.

―¿Qué has hecho, Lian? ¿No te dije que la dejaras en paz? ―preguntó Luca, confundido.

―Es la escritora. Es la que escribió el libro. Es la que aparece en las noticias. ―respondió Lian, furioso.

―No, no es cierto. Yo no escribí el libro. Yo no mentí. Yo no soy la asesina. ―protesté, enojada.

―No le hagas caso, Luca. Está mintiendo. Está tratando de engañarnos. Está trabajando para el verdadero asesino. ―insistió Lian, desconfiado.

―Lian, cálmate. No puedes acusarla sin pruebas. Además viste las noticias se supone que está muerta ¿O acaso trajiste un fantasma?. Tenemos que escuchar su versión. ―dijo Luca, razonable.

―Está bien, Luca. Interroguémosla. Pero no te fíes de ella. No te dejes engañar por su cara bonita. Está maldita perra muerde. ―aceptó Lian, a regañadientes.

Luca me llevó a una habitación. Una habitación pequeña, oscura, fría. Una habitación con una mesa, dos sillas, una lámpara. Una habitación que parecía un calabozo.

Luca me sentó en una silla y se sentó en la otra. Lian se quedó de pie, junto a la puerta. Luca me miró a los ojos y me dijo, con voz suave:

―Adara, sé que estás asustada. Sé que estás confundida. Pero necesito que me digas la verdad. ,¿Cómo terminaste en este lío?. Necesito que me digas quién te hizo escribir ese libro. Necesito que me digas quién mató a nuestra hermana.

Yo lo miré a los ojos y le dije:

―Luca, ¿Verdad?―el asintio, señale a el idiota que echaba humo y pregunte―¿Ese imbécil es Lian?―Lian quiso acercarse a mí, pero Luca lo amenazó con una mirada fria y contesto―Si―aclarado esto procedi a defenderme.

―Yo no hice nada. Yo soy inocente. Yo soy una víctima más. Yo también quiero saber la verdad. Quiero saber quién me hizo esto.

Luca me escuchó con atención. Luca me creyó. Luca me sonrió. Luca me dijo, con voz dulce:

―Adara, yo te creo. Yo te entiendo. Yo te apoyo, ese loco si es un imbécil que su cara sexi no te engañe. Pero, si tu no mataste a Clara, entonces ¿Cómo terminaste metida en todo esto?

―Hacía unas horas, estaba en mi casa, tranquila, trabajando en mi próximo libro.

―¿Y luego?―hablo Lían impaciente.

―¿Cómo había llegado a esta situación?―lo mire a los ojos y sonreí.

🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕🌕

¡Gracias por acompañarme en este capítulo lleno de misterio y emociones intensas! Espero que hayas disfrutado la lectura tanto como yo disfruté escribiéndola. Tu apoyo significa mucho para mí y para la historia de Adara y su turbulento viaje.

¿Cómo piensas que la relación entre Adara, Lian y Luca evolucionará después de este encuentro?

No olvides dejar tus comentarios y teorías abajo. ¡Estoy ansioso por leer tu respuesta y ver cómo percibes la historia!

Hasta el próximo capítulo, donde las sombras pueden revelar más de lo que esperamos...

Entre Letras y Bestias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora