Capitulo 24, "Cometa"

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Me llaman mujeriego e imbécil.
Eres más imbécil que mujeriego.
Seh...

Ah ya, eran las...
12:59 a.m

Quiero preguntarte en qué estabas pensando.

Me limpió la sangre con las mangas de su blusa, y de blanca pasó a roja carmesí.

En mí cabeza sonaba mejor.

Me sacó casi arrastrado del aeropuerto y me llevó a un café cerquita, (y ni tanto, 15 minutos)

¿Te quieres matar?

Ehh...

Responde.

N-No...

¿Entonces?
¿Por qué carajos piensas viajar a otro CONTINENTE en el estado deplorable en el que te encuentras?

Estoy bien.

Vale, creeré eso, pero ahora, por qué?

Es que/

¡Alexandra está muerta, y era la ÚNICA que atentaba contra TÚ vida!

Pero...

¡¿Pero que?!

Hay un campamento en medio oriente del cual ella se encargaba.

...
¡¿Y?!

Son reclutas juveniles.

No es nada nuevo, son decenas las organizaciones militares clandestinas que entrenan chicos con el propósito de convertirlos en armas de combate.

Ajá.

¿Tiene algo especial ese campamento?

No.

¿O el interés es SOLO porque ELLA lo manejaba?

Creo que...

Es eso.

Si...

Suspiré.

Bien... Diosssss, cómo es que mí marido me causa tanto dolor de cabezaaaaa??

Se revolvió el pelo.

¿Su marido?
‘¡Ay qué tierno!’
Verga ya hay uno más.

¡¿La voz del diablo suena dentro de mí cabeza?!
‘¡Claaaaaro!’

Que martirio...

Agité la cabeza para pensar y hablar con claridad.

¿No era tu amigo?

Me vas a decir que después de tantos besos, de salvarte el pellejo y de dormir acurrucados, ¿Soy tu amiga?

Río levemente y tomó un sorbo de su café.

No me hagas reír, veo que los golpes al cráneo te han alterado bastaaaante.

Suspiré y sonreí.

¿Amantes, novios u esposos?

Los tres.

Dijo sonriente.

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