Tack... Tack...
Tack... Tack...
Tack... Tack...
Tack... Tack...
Tack... Tack...
3:20 p.m
4:05 p.m
4:35 p.m
5:10 p.m
5:28 p.m
6:09 p.m
Las horas en el hospital se me pasaron volando, en todo ese tiempo Emma estuvo a mí lado, haciéndome compañía, platicando y pidiendo cariño.
¿Y entonces?
Entonces...
¿Quien ganó?
Nadie porque el general nos separó y amenazó con fierro.
Ah... Así que chiste.
See...
Oye guapo, tienes hambre?
Un poco.
Voy a ir por algo.
Se levantó de la silla, tomó mí mano derecha, la besó, sonrió y salió de la habitación.
Silencio.
Ay... Mí corazón...!
[Buenas tardes.]
Ah, buenas.
[Soy el doctor Emiliano Carrasco, a cargo de tu caso, un gusto.]
Extendió su mano, estrechamos y dijo.
[¿Donde fue la flaca?]
Recién salió.
[Ah vale, quería comentarle que si gusta, firma su alta y se puede retirar.]
... Ahora?
[Claro.]
6:22 p.m
Ya volví! Robé gelatina, pan y/ ¡¿Que carajos estás haciendo?!
Me vió de pié, con pantalones, zapatos y camisa semiabrochada.
Yendome.
¡¿Con permiso de quién?!
El médico.
Pero...!
Estoy bien, un poco adolorido, dos costillas rotas y una fisura, nada fuera de lo ordinario.
Ahhhh...
Puso su mano en su frente y lamentándose dijo.
Eres terrrrrco.
Claaaaro bombón.
Ah... Bien, toma tu mochila, yo conduzco.
Si, oye!
¿Que sucede?
¿Cómo quedó mí moto?