Capitulo 2, "Café"

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♪Take that money, watch it burn, sink in the river the lessons I've learned♪

La música paró debido a una llamada entrante por el intercomunicador.

Llamada entrante de Emma, ¿desea contestar?

Sí, contesta.

Dije y empecé a acelerar.

Buenoo! Jin, tengo ganas de hablar... Y también de verte.

Pegué el frenón de repente y grité sorprendido.

Perdón??!!!

Si, no quieres... Ir por un café? Yo invito.

Emmmm... Sí, en donde te veo?

Hmmmmmmm... Kenzy's!

Te llego en cinco, bay.

Bay bombón!

Bueno... Quizás no sea un día tan desperdiciado.

Arranqué nuevamente la motocicleta y bajé la velocidad rumbo a la cafetería.

A buenas horas marca, si no fuera por la desgraciada, ya hubiera provocado un accidente vial.

A pocas esquinas comencé a sentir el vibrar del celular.

Es fastidiosa, pero la conozco hace tanto tiempo que ya me acostumbré.

Paré justo delante de la cafetería, bajé de la motocicleta y sin quitarme el casco, saqué y chequé el celular.

"No tardes porque o expira mí oferta o comienza mí autodestrucción"
... Idiota.

Guardé el celular en la bolsa derecha del pantalón, me quité el casco y al lado de la puerta de la cafetería, ví a una chica alta, de cabello castaño oscuro, ojos grises y una sonrisa radiante, quien de pronto gritó.

Apúrate Jin! Se un caballero y ábreme la puerta!

Sonreí levemente y me acerqué a ella, para luego renegar diciendo.

Fastidio que eres, no lo puedes hacer tú?

No, soy una dama, ya lo sabes,

Bleh!

... Idiota.

Que? Fue gracioso, no digas que no!

Entre esa breve e insignificante discusión le abrí la puerta y ella entró al café.

Entonces se acercó al mostrador y había una fila enooorme, a lo cual dijo.

Diosssssssss, que flojera esperaaaaaar.

Reí levemente y solo me fulminó con la mirada, posterior se atacó a carcajadas y se apoyó en mí hombro diciendo.

Y bien guapo, {me besó la mejilla} que tal tu día?

Espera... Usó un tono coqueto??!!
Mí pensamiento estallaba y mí rostro se sonrojaba.

Pues... Me despidieron, pero conseguí un par de cosas que te podrían ser útiles.

Ay corazón... Siempre tan amable, gracias por tu esfuerzo, y lamento lo de tu trabajo, aunque sé que no te interesaba en lo absoluto.

Si si,

En segundos, todo mí alrededor se tornó silencio, mí oído pitaba y comencé a recordar mis previos días con esta loquita.

Total silencio mental.

Conocí a Emma hace 8 años, en segundo año de secundaria, para ser más preciso, la conocí una tarde camino a casa, yo iba corriendo desesperado, y en mí camino se interpuso ella, y sin poder frenar me choqué contra ella, cayendo directo al suelo, uno junto al otro, solo recuerdo haberme levantado, gritar "lo siento" y seguir con mí camino, al día siguiente, en la escuela, una chica alta me gritó, "Ey tú, ven acá", era ella, me pegó una patada en el estómago y desde ese día cada que pasaba me sonreía y saludaba.

De pronto el pitido comenzó a cesar.

Jin... Te encuentras bien? Te ves sonrojado y medio perdido.

¡¿Es en serio la pregunta?! Es tu culpa!
Cuánto pensamiento reservado.

Eh, si, solo recordaba nuestros días de secundaria.

Ah, eres tan masoquista que extrañas mis patadas al plexo.

Cállate.

Y venos ahora, éxitos.

Y que lo digas. {Sarcasmo}

Al llegar a la preparatoria, recibimos becas por nuestras solicitudes al colegio naval, al terminar, fuimos trasladados al ejército nacional, yo ascendí como fuerzas especiales y ella como operaciones especiales.

La fila en la cafetería avanzó rápido, y llegamos al mostrador.

Buenas tardes! Que desean ordenar?

Me acerqué lentamente al oído de Emma y le dije.

Sorprendeme, voy a la moto a buscar los papeles y te aparto una mesa.

Le dí un beso en la mejilla y le acaricié el cabello.

Saliendo de la tienda, me paré junto a la motocicleta, abrí la mochila y saqué los documentos que me había llevado de la oficina, les pegué una hojeada rápida y ví una firma que me dejó perplejo, era de hace mucho tiempo, y deseaba con toda mí alma no volver a verla.

Con que no se me cumplió...

Susurré.

Tomé la hoja firmada, la doblé y la guardé en la mochila, la cerré, la dejé en la moto, cerré la carpeta y volví adentro, con rumbo a una mesa que había sido desocupada.

Es cálido este lugar,

Asenté la carpeta en la mesa, me senté y ví a la loquita con la que venía, llegar donde estaba yo, con los cafés y un pedazo de pastel.

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