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El silencio que se hizo en la mansión paraíso después de aquella pregunta fue mortal. Ninguno de los tres hablaba, uno por estar sonriendo fanfarronamente y los otros dos porque realmente no sabían que decir.

— ¿Porqué les interesa saber quién es A-Xian? — preguntó Hua Cheng con un tono bajo, viendo de manera divertida las reacciones de ambos. — Creí que estaban demasiado ocupados como para interesarse en otras personas que no sean ustedes.

— Solo... es curiosidad — confesó Feng Xin con intriga, sabía algo escondía ese fantasma y no se los quería decir.  No sabían si tenía que ver con su alteza, si fuera así pues no es como que les interesase mucho pero si fuera el caso contrario....bueno tampoco estaban en su derecho de exigir.

— ¿Curiosidad ? bueno entonces esperen hasta mañana — dijo el pelinegro y con un movimiento de su mano los convirtió en muñecas daruma ¿Porqué? solo porque quiso, además iban a ser muy ruidosos y no dejarían dormir a su amado.

Con ese "problema" resuelto, se dirigió hasta su habitación en donde con sumo cuidado dejó a su amado en la cama. Una vez hizo eso, empezó a acomodarlo para que estuviera mas cómodo y descansara plácidamente sin ningún inconveniente.
Cuando estuvo satisfecho, se quitó su túnica y se acostó al lado de su esposo para poder rodearlo con sus brazos y brindarle delicadas caricias a su vientre.

Si era sincero, ese momento del día siempre era su favorito. Solo eran el, su esposo y pequeño hijo que aunque aun no nacía ya lo amaba con todo su ser.

— No puedo esperar que estés aquí con nosotros mi dulce A-Ying —  murmuró en un tono suave casi inexistente como si fuera un secreto.. que de hecho lo era. Nadie, ni siquiera su amado conocía el nombre que tenía para su hijo y eso era porque ... bueno no había razón alguna pero algo en su mente le hacía imaginarse como si su hijo y el fueran cómplices de una pequeña travesura.

Sonrió para sus adentros ante esa idea, oh pobre del mundo que tendrá que soportar las travesuras de su dulce bollo.

Al día siguiente Xie Lian había despertado al sentir suaves caricias y besos en la parte de su vientre, ni siquiera se había molestado en abrir los ojos para saber de quien se trataba pues desde que su vientre empezó a notarse un poco mas, su espo...

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Al día siguiente Xie Lian había despertado al sentir suaves caricias y besos en la parte de su vientre, ni siquiera se había molestado en abrir los ojos para saber de quien se trataba pues desde que su vientre empezó a notarse un poco mas, su esposo empezó a despertarse un poco antes que el para poder "platicar" con su bollito y pasar tiempo de calidad padre-hijo.

— Buenos días esposo —  susurró el castaño una vez que el sueño había abandonado su cuerpo. Su mano se había movido hasta el cabello de su pareja y había empezado a tomar pequeños mechones para juguetear con ellos entre sus dedos. — Buenos días para ti también bollito— repitió mientras su otra mano se colocaba sobre la mano del fantasma que se encontraba en su vientre.

Al escuchar la voz de su dios, Hua Cheng levantó su vista y sonrió ampliamente.

— Buenos días esposo—  dijo en respuesta, levantándose un poco para poder acercar su rostro al de su príncipe y dejar pequeños besos en sus labios. 

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