Capítulo 3: Cansada de todo

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El sol se filtra por las cortinas, y mientras me despierto, una sensación de inquietud se apodera de mí. La pesadilla de anoche sigue fresca en mi mente, reviviendo los recuerdos dolorosos que he tratado desesperadamente de enterrar. En mi sueño, me veo atrapada en una habitación oscura, con las paredes cerrándose a mi alrededor. Siento el pánico apoderarse de mí mientras lucho por respirar, por escapar de las sombras que me rodean. Pero no importa cuánto corra, cuánto grite, siempre estoy atrapada, siempre estoy sola.

Cuando finalmente despierto, estoy temblando y sudando, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Me siento en el borde de la cama, tratando de recuperar el aliento, tratando de sacudirme la sensación de opresión que me persigue. Pero la pesadilla sigue acechándome, envolviéndome en una neblina de miedo y ansiedad que no puedo sacudir.

Me levanto de la cama con el corazón aún pesado por la pesadilla, sintiendo como si las sombras del pasado se aferraran a mí, impidiéndome seguir adelante. Me preparo para enfrentar el día, pero cada paso que doy se siente como si estuviera caminando a través de la niebla, sin rumbo, sin dirección.

En el trabajo, la pesadilla sigue atormentándome, nublando mi mente y dificultando mi concentración. Me esfuerzo por mantener una fachada de normalidad, sonriendo y sirviendo café como si nada estuviera mal. Pero por dentro, estoy luchando, luchando contra los demonios que amenazan con consumirme.

El Sr. Thompson, mi jefe, me mira con desaprobación, preguntándose por qué estoy tan distraída, tan distante. No puedo decirle la verdad, no puedo decirle que estoy luchando contra los fantasmas del pasado, que estoy luchando por mantenerme a flote en un mar de dolor y miedo.

Posteriormente llega la hora de cerrar y puedo escapar temporalmente de la presión del trabajo. Regreso a casa exhausta y desanimada por otro día en la cafetería. Me siento en el sofá, con el teléfono en la mano, luchando contra el impulso de llamar a Eider y exigirle que me deje en paz.

Después de un rápido almuerzo, me dirijo a la universidad para asistir a mis clases de la tarde. Estudiar literatura siempre ha sido mi pasión, pero últimamente la presión de cumplir con todas mis materias me está consumiendo. Me esfuerzo por mantenerme al día con las lecturas y los ensayos, pero a veces siento que estoy luchando contra una corriente imparable.

En clase, me sumerjo en las discusiones sobre poesía y novelas románticas, encontrando un breve respiro en el mundo de la literatura que tanto amo. Pero incluso allí, las sombras del pasado acechan, recordándome que la vida nunca es tan simple como en los libros.

La noche avanza y finalmente regreso a casa, agotada física y emocionalmente por el día agitado que he tenido. Me siento en el sofá, con el teléfono en la mano, luchando contra el impulso de llamar a Eider y exigirle que me deje en paz.

Cierro los ojos y dejo que el sueño me envuelva, esperando encontrar algo de paz en el mundo de los sueños. Pero incluso allí, las sombras del pasado me persiguen, recordándome que la batalla aún no ha terminado.

Antes de ir a la cama, decido llamar a mi madre. Hablamos durante un rato, compartiendo las noticias del día y contándonos cómo nos va. Ella no sabe nada sobre Eider ni sobre los problemas que enfrento. Nunca he tenido el coraje de contarle la verdad, de pedirle ayuda. Me siento atrapada en un ciclo interminable de miedo y silencio, incapaz de liberarme de las cadenas que me atan al pasado.

—Mamá, ¿cómo estás? — Dije mientras sonreía al teléfono, a veces conversar con mi madre o mi familia alejaba a los demonios de mi mente.

—Oh, Carolina, qué sorpresa escuchar de ti. Estoy bien, ocupada como siempre.

—Me alegra escuchar eso. ¿Cómo ha estado tu día?

—Oh, ya sabes, lo de siempre. Tratando de mantener todo en orden. ¿Y tú, querida? ¿Cómo te va en el trabajo? —Dijo al otro lado de la línea, a pesar de que viviéramos a 45 minutos de distancia ella hacia que me sintiera cómoda la mayoría de veces.

Cicatrices de Amor [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora