"Oh dios mio"
Ese frase en forma de susurro fue lo que dijo un menor vestido con un uniforme militar, quien recorría a toda marcha un pequeño poblado situado en un lugar desértico en compañía de otros hombres y mujeres vestidos iguales a el.
Se dirigían a una zona específica donde habían sonidos parecidos a petardos.
Eran disparos...
El grupo del albino se disperso en dos divisiones, tratando de rodear a aquellas personas que causaban los disturbios.
La división en la que estaba el albino entró a una construcción buscando cobertura en caso de ser vistos, el albino apoyo su espalda contra una pared, mientras levantaba una de sus manos de su arma para sostenerse el pecho, con tal de calmar su respiración.
–Controlate, Loud, apenas es su primer despliegue– Dijo un hombre.
–Si, sargento–
El sargento se llevó una mano al hombro, donde había una radio encajada en aquella parte de sí uniforme.
–Cadete Morgan, responda–
Un poco de interferencia sonó del aparato, hasta que una voz se oyó.
–Aquí Morgan, recibimos disparos de un bloque de apartamentos, creemos que son alrededor de 12 hombres–
–¿Vieron si esta el gran hombre?–
–Negativo, pero un conflicto así podría ser obra de alguno de sus subordinados–
–La quinceañera mandó a su chambelán, perfecto–
–A-Algo es algo– Menciono una voz fuera de la radio.
Lincoln volteó a ver a su lado, encontrándose a un chico de su edad, con lentes redondos y cabello alborotado .
–Si, tienes razón Bennett– Respondió firmemente el líder. –Hagamos esto, cadete Morgan, hagan fuego de cobertura para que nos den la oportunidad de encontrar una entrada e ingresar–
–No sabrán que los golpeó sargento–
–Así esta bien, cambio y fuera–
El escuadrón se quedó dentro de aquel edificio hasta escuchar disparos que pudieran identificar que era provenientes de sus aliados.
–Ay, no puede ser–
Lincoln sonrió al escuchar a su amigo, puso una mano en su hombro y dijo:
–Tranquilo, yo miro tus seis–
A lo que el de lentes sonrió.
–Siganme, ¡Ya!– Fue lo que gritó el sargento para después salir corriendo, siendo seguido por sus soldados.
El equipo cruzo el campo con cuidado, hasta llegar a la parte trasera del edificio.
Allí se encontraron con una puerta de hierro, la cual estaba bloqueada por un candado.
–Summers, abrenos paso– Ordenó el sargento Jackson.
El chico entendió lo dicho y se acerco al candado para después golpearlo con fuerza con la culata de su arma.
El objeto cayó al suelo estando roto por el impacto.
El chico no se detuvo allí y pateo con fuerza la puerta, que cedió al primer intento y fue abierta.
–Perfecto–
El equipo entró apuntando sus armas hacia cualquier lado, buscando alguna blanco al cual neutralizar.
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Tiempos difíciles
AcciónEstados Unidos es un país reconocido por sus diferentes conflictos entre organizaciones criminales. Hoy en día son tiempos difíciles para el ejército estadounidense, y reclutarán a cualquier individuo que les pueda ser de ayuda. Hombres, mujeres, jó...