Capítulo 15

181 103 100
                                    

Capítulo 15

—¿Contigo también corro peligro?. 

No sabía qué responderle… Desde ya, mis intenciones no eran malas, nunca le haría daño. Pero esa pregunta no se refería al amor, iba más allá de los sentimientos. Quería saber sobre mi conexión con esas personas, con ese lugar, con ese mundo. 

Con tan solo ver la expresión de su bello rostro, podía imaginar que su preocupación era otra. 

—Jamás te lastimaría, nunca te haría daño— intenté no hablar mucho. 

—No vuelvas a besarme— dijo con tono ahogado. Nuevamente ella fingía que no deseaba mis besos y era inmune a mis encantos. 

—¿Mis besos te hacen daño?— le pregunté con tono irónico. 

—No, no me provocan nada, no me queman. Pero me los robaste… No quiero que hagas eso— ella dijo una nueva mentira.  

—Creí que nos robamos mutuamente esos besos— le dije con una media sonrisa en mi cara. —Te los puedo devolver.  

—No, gracias. Además, no le daría un beso a un vendedor de drogas— me miró fijamente a los ojos con incertidumbre, enojo y tristeza. 

—¿Por qué decís eso?— dije dubitativo. 

—Seguro ya sabes que no soy tonta y te imaginas por qué lo digo. Igualmente, no lo negaste. 

—No vendo drogas. ¿Qué te dijo Jack?— le dije sin rodeos. 

Antes de ir a la fiesta, mi amigo Paul me dijo que Carolina y Amelia estaban en el lugar. Al principio no le creía lo que me decía, pero después me mandó una foto de Amelia hablando con Jack.

No podía creer lo que veían mis ojos. El muy idiota estaba feliz, al lado de la chica que dominaba mi sistema. Sentí furia y envidia de él, al verlos. Pero después pensé que tenía que ir a buscarla y protegerla de cualquier cosa, la casa de Lucas en Compton, no era un sitio para ella. 

—Veo que Paul te dijo todo lo que hice. No voy a dar vueltas, vamos al grano— suspiró.
—Paul anda en las drogas y es tu amigo. Entonces, tú y Mich también… Es mi conclusión— quería responderle, pero Amelia no paraba de hablar.
—Yo no te conozco y sinceramente no me había imaginado que podrías andar en negocios turbios, mucho menos Mich… 

Cuando su voz se puso en pausa le respondí rápidamente, antes de que siga hablando. — Yo tampoco te conozco mucho. Pero creo que sos inteligente, por lo tanto, debes saber que no ando en cosas ilegales. Si fuera cierto lo que planteas, no estarías conmigo en el auto. ¿Me equivoco?. 

—Te falto decir: touché — apenas soltó la última palabra comenzó a reír y yo me reí a la par. La verdad es que agradecí su comentario, pudo cortar con la tensión que habíamos generado. —No quiero que mi amiga corra peligro… ¿Me podrías ser sincero?— me miró con los ojos un poco vidriosos.  

Esos ojos me pedían sinceridad a gritos, ¿cómo podría negarme?...》

—Bueno, gatita con botas… Esa mirada me gana. Te diré todo lo que quieras saber, espero que tengas cerveza en tu casa— aunque hacer referencia a un personaje animado en ese momento no fue oportuno, ella formó una mueca en su cara.

—Bueno, puede que tenga algunas latas— dijo y nos sonreímos mutuamente.
—Por cierto, gracias por defenderme, no te lo había dicho.

—No hay nada que agradecer, lo haría nuevamente sin dudarlo— extendí mi mano para agarrar la suya y darle un beso en la misma. 

Eran las 04:30 hs cuando llegamos a la casa de Amelia. Estábamos en el living sentados en sillones diferentes, enfrentados, tomando cerveza y comiendo el maní que ella había servido. 

Colisión PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora