III

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"Cítricos

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"Cítricos."

Theodore's pov.

En un salón desolado, me quedé fumando con Mattheo, como solíamos hacer en las tardes monótonas. Y ese día no sería diferente.

Cuando tomé mi celular entre mis manos, la pantalla de bloqueo se iluminó, revelando la hora.

5:29 pm.

Las clases con Greengrass.
Se me había pasado el tiempo.

Dejé escapar un bufido frustrado y apagué el cigarrillo, despidiéndome de Mattheo. Caminé a paso ligero por los corredores de Hogwarts, hasta llegar finalmente al pasillo que conducía a la biblioteca.

Fue entonces cuando divisé algo que me desconcertó, aunque no podría decir exactamente por qué.

Miranda protestando, sujetada del brazo de Potter.

Después de todo, ella seguía siendo una Slytherin y yo no podía permitir que se junte con tal Gryffindor, ¿no?

Al estar ellos de espaldas, no me vieron.

Por lo que mi idea más sensata en el momento fue:

- ¡Greengrass! - Hablé en un tono medianamente alto, ahí pude ver sus orbes girandose para encontrarse con los míos.

Sus ojos destilaban ira; de eso no cabía la menor duda. Y tampoco había dudas de que me mataría sin titubear ni mostrar remordimiento.

Ella se soltó del brazo de Potter, caminando hacia mi.

- ¡Eres un imbécil! ¡Me dejaste plantada cuando eres tú quien más necesita de mí! - Escupió con furia, señalándome con el dedo. No pude contener una sonrisa burlona ante su reacción; siempre resultaba entretenido presenciar su enojo.

Miranda's pov.

Esa sonrisita me hizo explotar.

Obviamente, recurrí a lo más sencillo: un manotazo en el brazo, a lo cual el italiano se quejo.

- ¡Te estoy hablando en serio! - Mencioné molesta, sin duda él me ponía de los nervios. Toda su persona me irritaba.

- Shh, shh. Cumpliremos el castigo ahora a ver si logras cerrar esa boca por un momento. - Theodore dijo con una mezcla de ironía y superioridad, sin darme la oportunidad de replicar cuando lo mire ofendida; prácticamente arrastrándome hacia el interior de la biblioteca.

Pude notar que él le ofreció una última mirada a Harry quien abandonaba los pasillos.

•••

Habían pasado alrededor de 15 minutos, donde comenzaba a creer en el nulo razonamiento de cierto ojiazul.

Le explicaba, le preguntaba si comprendía y sus respuestas eran: "sí", "no sé", "ajá".

Cuando Nott encendió el cigarro frente a mí y exhaló una bocanada que alcanzó mi rostro como provocación, fue suficiente para mí.

Le arrebaté el cigarro de manera brusca, apagandolo.

- ¿Qué haces? - Theodore se inclinó hacia mí con molestia palpable, extendiendo su mano para arrebatarme el cigarro de la mano.

El repentino acercamiento me reveló una cosa: su aroma era simplemente embriagador. Sin embargo, jamás lo admitiría en voz alta.

Aroma a cítricos y cigarros de sandía.

Pestañeé varias veces y me acomodé en mi silla, alejándome de aquel acercamiento. Últimamente estaba raro.

Muy raro.

- Volvamos al estudio. - Espeté para ligerar el ambiente, dandole ciertas anotaciones y sugerencias, además de una pequeña tarea cuando terminó la hora. Se supone que mañana revisaría lo que él había hecho.

. . .

La primera semana raramente había ocurrido sin problemas, sin discusiones.

Simplemente los dos respondiendo y consultando sobre ciertas actividades de pociones. Podría ser peor, a decir verdad.

Aunque la tranquilidad de Theodore me ponía nerviosa, no confiaba en él. Pero me abstuve a solamente explicarle.

Ahora mismo, me encontraba con Pansy y Lorenzo rogándome que vaya a la fiesta que Slytherin organizaba mañana por la noche.

- Por favorrr. Haznos compañía. - Ambos mencionaron intentando convencerme, los tres sentados en el cuarto que compartía con ella.

- No necesitan mi compañía, ustedes tranquilamente encajan con los demás. - Espeté con obviedad, donde a las dos o tres fiestas que había asistido me había quedado pegada a ellos, sin divertirme completamente.

Lorenzo desordenó mi cabello a lo que respondí con un soplido.

- ¡Vaamoss! Además, todas las casas están invitadas. Podrías pasar el rato con cierto león de lentes. - Mencionó Pansy con picardía, Enzo soltando una risa mientras la pelinegra hacia el gesto de dos personas besandose.

Puse los ojos en blanco y les tiré una almohada, mis mejillas coloreandose de carmesí.

- ¡Somos amigos! - Aclaré en total protesta.

- Los amigos no se dan miraditas así. - Concluyó Enzo y Pansy le dio la razón. Donde yo decidí cambiar de tema.

Tras pensar un rato, lo decidí. Iría simplemente para irritar a cierto fumador, todo amistoso, claro.

Cuando le di la respuesta al dúo a mi lado, me apretujaron en un abrazo.

okupa ⸻ theodore nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora