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"Suplente."
Miranda's pov.
El fin de semana llegaba a su fin y eso comenzaba a ponerme ansiosa. Tras la fiesta, logré salirme con la mía quedándome en mi cuarto lo que restaba de esos días.
Al iniciar la semana había evitado totalmente el cruzarme con Theodore.
El recordar la situación con los baños solo lograba sonrojarme, respecto al otro tema llamado >Harry< no había transgredido más allá.
Seguíamos tratandonos normalmente, ninguno había hablado del tema pero existía un nuevo tipo de ¿acercamiento? si podía llamarse así. Era media mañana del miércoles, me encontraba dirigiéndome a paso rápido (como de costumbre) a la siguiente clase.
Y obviamente, había llegado tarde. Interrumpi la clase cuando ingrese, todos esos ojos fisgones mirándome; me disculpe para dirigirme a un asiento vacío.
Al lado de Harry.
Pudo ser una clase amena, sinceramente me sentía cómoda a su lado; es gracioso y amable.
Cualquier chica de Hogwarts lo consideraba su tipo ideal por algo.
Él era sueño de toda adolescente.
Cuando el timbre tocó, me despedí de él con un beso rápido en la mejilla; salí rápido de clase para buscar a Hermione y Luna, se supone que nos juntaríamos en el jardín.
Iba a paso acelerado por los corredores, hasta que sentí una mano jalarme hacia los adentros de un salón.
Me di vuelta dándole un manotazo en el rostro a aquel extraño, cuando escuche un quejido por el golpe.
Había golpeado a Theodore. Otra vez.
Narrador omnisciente.
— ¡Perdón! — Fue lo primero que salió de los labios de la chica, acercándose al italiano, inspeccionando la mejilla de Theodore que había quedado de un ligero carmesí.
— Eres de mano pesada, eh. — Dijo el joven con ironía, frotandose la mejilla.
— En primer lugar, no deberías arrastrar a las personas a salones vacíos. — Ella acotó a la defensiva.
— Es la única forma de localizarte, me has evitado toda la semana. — Replicó Theodore con obviedad, incluso ¿molesto?
— No te he estado evitando.
— Que gran mentirosa eres, Greengrass.
— ¡No estoy mintiendo!
— ¿Qué pasa? ¿Tu noviecito no te deja juntarte conmigo? — Preguntó el cruzando los brazos, apoyado contra la pizarra del salón.
