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"Cuñada."
Miranda's pov.
— ¡Claro que no! ¡Las gominolas son mejores! — Defendí mi perspectiva de cuales eran las mejores golosinas mientras caminaba al lado de Harry, ambos dirigiéndonos al campo de quidditch.
— Nah, las ranas de chocolate ganan el top completamente. — Él me dijo con total necedad de ceder ante mi opinión, haciéndome darle con codazo que Harry me devolvía en jugueteo.
— Puaj, son totalmente empalagosas. — Dice haciendo una mueca de disgusto.
Finalmente, nuestra tonta discusión terminó cuando Harry fue arrastrado por Fred, dándome una sonrisa tonta que le respondí con otra.
Fui a sentarme a las gradas, donde ya una Hermione levantándome las cejas en gesto burlon me esperaba, le mostré el dedo de en medio que me replicó como saludo. A su lado una chica de ojos verdes, cabello castaño ondulado, la que pude identificar como la gemela de Potter; Dahlia.
La había visto varias veces, incluso Harry solía mencionarla en nuestras conversaciones de vez en cuando, pero nunca había intercambiado palabras con ella directamente. Eso comenzaba a inhibirme.
— Hola, soy- — Iba a presentarme hasta que la ojiverde me interrumpió.
— Miranda. Se de sobra quién eres. — Dahlia comentó con cierta complicidad, sentándose mejor, con Hermione en medio de ambas haciendola inclinarse en mi dirección.
— Dahlia, la hermana del tonto de allá. — Ella señaló a su hermano y rodó los ojos cuando él fue empujado por Ron al Harry estar mirando hacia nosotras, haciéndolo tambalear en la escoba.
— ¡Ron, déjalo tranquilo! — Hermione le regañó al pelirrojo en un grito alto, haciendo que vuelvan a concentrarse ambos en su entrenamiento.
— Es un gusto, Dahlia. — Mencioné sonriente, mientras los Gryffindor entrenaban tuvimos la oportunidad de conocernos más entre chicas. Era genuinamente amable, tranquila pero demandante, sin duda se complementaba con su hermano.
Esa complicidad de la hermandad me hubiese gustado tener con Astoria y Daphne.
Cuando todos los miembros del equipo bajaron de sus escobas, las tres nos dirigimos con ellos.
Me coloqué al lado de Harry, pude sentir su brazo abrazarme desde los hombros, sorprendiéndome ante el acto.
— ¿Qué dices, Mir? ¿Vamos a ganar? — Él se dirigió hacia a mi en un tono mezclado de diversión y curiosidad, haciéndome colocar los ojos en blanco.
