{En el pasado}

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Fuegoleon es un imbecil, estupido y cabeza dura, pero ese estupido estuvo presente en toda mi vida, es curioso porque si viajo en mi memoria no hay recuerdo alguno donde el no este presente inclusive después de "terminar" y eso me enojaba, me enojaba mucho que alguien como el se haya convertido en un pilar importante, supongo que esto era la "chispa" que alguna ves me comento mi madre en vida, Fuegoleon en mi perspectiva era un blando en lo emocional, siempre veia amabilidad en todo pero era justo, aveces sentia envidia de el, se expresaba de forma tan fluia que daba celos, a mi me hubiera gustado ser tan fluido como el. Nunca lo logre y eso hiere mi orgullo en todos los aspectos. 

No se en que momento yo llegue a verlo de otra manera, tal ves fueron esos momentos donde nunca estuvo lejos de mi y estaba dispuesto a escucharme. Siempre volvia, no permanecía tan lejos de mi le daba mínimo una semana. 

El me entendia, el me escuchaba, el me amaba, y lo sigue haciendo, me da coraje como aun estoy dispuesto a darle una oportunidad despues de lo que hiso, ¿acaso fue un hechizo o es esto lo que se denomina "amar perdidamente"?. No lo se, no quiero averiguarlo, solo quiero su presencia. 

Cuando el me dejo fue amargo, doloroso y lleno de rabia, y ahora tenia el descaro de volver, tal ves su renacimiento lo hiso mas osado.

El dia que el desperto fue denominado "El renacer del Leon", verlo en una cama con una expresión neutra sin una extremidad me hacia revolver el estomago, solo lo vi una ves y no volvi a entrar a esa habitacion, no tenia el valor, temía que si lo hiciera de nuevo me derrumbaría, no soportaría perder a alguien importante, no otra ves. 

Cuando apareció fue en pleno combate y dijiste algo estúpido pero lo deje pasar al sentir tanta calma y satisfacción al verlo tan vivo y lleno de energía o eso creía yo después que terminara desplomado en el suelo por sobre exigencia que tuve que cargarlo devuelta a la enfermería, donde hiciste algo aun mas estúpido. Lo recuerdo bien porque me reafirmaste que yo jamas podría superarte aunque tratase. 

―Owen, volvera enseguida, me retiro.

Tenerte en una habitación solo conmigo me ponía los pelos de punta y buscaba por todos lados una salida pero quien diría que tu la destruiste. 

―Espera, por favor.

Me agarraste de la muñeca y me obligaste girar.

―Sueltame si no quieres volver a dormir.

Esa repentina accion me erizo que no pude evitar mi hostilidad.

―Ah, perdon. Yo solo...uh aqui, ¿estas bien?, Owen tambien debe revisarte.

―Estoy bien!, uh, estoy bien. 

Garraspee después de alejar su mano que toco descaradamente mi mejilla. Me exalte demasiado, senti mi pecho hundirse, ¿que diablos le pico?.

―Disculpa.

―¿Eso es todo?, si es asi entonces.

―No, yo bueno...

Lo conocia tan bien que sus ojos despistados delataban su nerviosismo, internamente sonreia, usaria eso a mi favor, me burlaria de el.

―Dilo ya, no tengo toda la noche. 

Cuando me miraste a los ojos me congele y me tense tanto al no esperar que me abrazaras con mucha fuerza, mi orgullo relució al no devolverte el abrazo.

―Gracias, por todo. Me alegro que este bien.

Su aliento choco contra mi oido sigue siendo igual que caliente, podria aparentar que no me afecto pero lo hiso y mucho, sus brazos estaban bajos los míos abrazando mi espalda con fuerza, no lo aparte, me sentí melancólico, había pasado mucho tiempo desde el ultimo contacto me sentí protegido y cálido, me sentí en hogar, pero mi orgullo fue mas grande que no me di la dicha de envolverlo en mis brazos o de siquiera disfrutar de su calor, paso un tiempo y el se separo pero estuvo tan cerca mio que pude admirar su rostro, su mandíbula, sus ojos, su nariz, y su labios, inconscientemente lo mire de mas, sentí un tirón y cuando lo volví a mirar me di cuenta que no me miraba los ojos, miraba mis labios, sentí mi pulso acelerado, podría morir ahí mismo, si no fuera por la campana o en ese momento el sonido de la puerta tocando y rechinando. Me asuste que podría recordar brincar, empuje a Fuegoleon que casi se cae, me puse lo mas rigido posible.

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