Pequeñas historias con pilotos de F1 para poder imaginarnos una vida a su lado que no podemos tener.
-espero que les guste y disculpen si encuentran faltas de ortografía, es mi primera vez escribiendo historias :)-
*Toda imagen que utilice le doy cr...
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Oscar Piastri había vivido uno de los capítulos más difíciles de su vida tres años atrás. Su relación con Mara había sido hermosa desde el principio. Se conocieron en una de las primeras carreras de Oscar en Fórmula 2.Desde el primer momento, Oscar quedó cautivado por su inteligencia, su risa y su pasión por el automovilismo. Sus encuentros iniciales fueron amistosos, pero la química entre ellos era innegable. Empezaron a salir y, pronto, lo que comenzó como una amistad se convirtió en una relación profunda y significativa.
Mara siempre estaba a su lado, apoyándolo en cada carrera, en cada desafío. Ella entendía el mundo de la Fórmula 2 y luego el de la Fórmula 1 como nadie más. Era su roca, la persona en la que confiaba ciegamente.
Los primeros años fueron un sueño hecho realidad. Compartían risas, planes de futuro y una complicidad que parecía inquebrantable. Oscar la veía en las gradas durante las carreras y sentía una fuerza renovada, como si solo su presencia pudiera darle el impulso necesario para ganar.
Sin embargo, la vida pública de Oscar, siempre bajo el ojo de los medios y los fans, comenzó a poner una presión insoportable sobre Mara. Los comentarios crueles y las críticas constantes en las redes sociales comenzaron a desgastar su confianza. Los fans de Oscar no la aceptaban, argumentando que no era digna de él, que solo estaba con él por su fama y éxito. La envidia y los celos se manifestaban en forma de acoso en línea y, en ocasiones, incluso en persona.
Oscar intentó todo lo que pudo para protegerla. Habló con su equipo de gestión, intentó disminuir su presencia en las redes sociales y le ofreció todo su apoyo. Pero nada parecía suficiente para silenciar las voces que la atacaban diariamente.
Mara, aunque fuerte y valiente, no pudo soportar más. Los constantes ataques la estaban destruyendo por dentro, y aunque amaba a Oscar profundamente, llegó a un punto en el que la relación se volvió insostenible.
Después de muchas noches de lágrimas y conversaciones dolorosas, Oscar y Mara tomaron la decisión de separarse. Fue una despedida amarga, llena de promesas de amor eterno y deseos de un futuro mejor. Oscar quedó devastado, sintiéndose impotente por no haber podido salvar su relación.
Tres años después, El sol brillaba sobre las pintorescas calles de Monza, y Oscar caminaba sin rumbo, disfrutando de un día libre antes de la próxima carrera. Era un momento raro de tranquilidad en su agitada vida de piloto de Fórmula 1. Los recuerdos de Mara siempre estaban presentes, aunque había aprendido a vivir con ellos. A veces, se preguntaba cómo estaría ella, qué estaría haciendo, pero siempre se reprimía de buscar respuestas. Había decidido dejar el pasado atrás y concentrarse en su carrera, pero el vacío que sentía nunca había desaparecido del todo.
Mientras paseaba, Oscar se detuvo en una pequeña plaza llena de gente. A lo lejos, una melodiosa risa llegó a sus oídos, una risa que conocía demasiado bien. Su corazón se aceleró, y una mezcla de emociones lo invadió: sorpresa, esperanza y miedo. Giró la cabeza en dirección al sonido y, después de unos segundos de búsqueda, la vio.
