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La lluvia caía sin piedad sobre el circuito de Fórmula 1 en Mónaco, envolviendo el paddock en una atmósfera gris y melancólica

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La lluvia caía sin piedad sobre el circuito de Fórmula 1 en Mónaco, envolviendo el paddock en una atmósfera gris y melancólica. Charles Leclerc caminaba entre los equipos y los mecánicos, perdido en sus pensamientos mientras el sonido de sus pasos se mezclaba con el suave murmullo de la lluvia.

En medio de la multitud, una figura familiar captó su atención. Mía, con su cabello oscuro empapado por la lluvia, caminaba con determinación entre los boxes, perdida en sus propios pensamientos. Aunque habían pasado meses desde que se habían visto por última vez, el corazón de Charles dio un vuelco al verla.

Mientras sus miradas se cruzaban en medio del paddock, una melodía familiar resonó en las mentes de ambos. Las letras de "All Too Well" de Taylor Swift parecían envolverlos, recordándoles los momentos felices y los dolores del pasado.

El corazón de Charles latía con fuerza en su pecho mientras luchaba por contener las emociones que amenazaban con abrumarlo.

Había extrañado a Mía más de lo que nunca había imaginado, y verla de nuevo despertó una oleada de sentimientos que creía haber enterrado profundamente.

Mía, por su parte, detuvo su paso al ver a Charles entre la multitud. A pesar de la lluvia y el frío, una chispa de reconocimiento brilló en sus ojos mientras recordaba los momentos compartidos y las emociones compartidas.

Sin palabras, se acercaron el uno al otro, cada paso más cauteloso que el anterior. La lluvia continuaba cayendo a su alrededor, como si el cielo mismo compartiera su melancolía.

Finalmente, estuvieron frente a frente, separados solo por unos pocos centímetros de espacio. La lluvia caía entre ellos, formando una barrera invisible pero palpable que parecía contener todo lo que habían sido y todo lo que ya no eran.

En el silencio tenso, sus miradas se encontraron, cada uno buscando respuestas en los ojos del otro. En ese momento, la música pareció alcanzar su punto culminante, llenando el aire con una intensidad que era casi palpable.

El corazón de Charles latía con fuerza en su pecho mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. Quería decir tantas cosas, expresar tantos sentimientos, pero las palabras parecían quedarse atrapadas en su garganta.

Mía también parecía aturdida por la intensidad del momento, su mirada buscando la suya en busca de algún indicio de lo que estaba pensando y sintiendo.

Finalmente, con un suspiro, Charles rompió el silencio.

—Mía— murmuró suavemente, su voz apenas un susurro perdido en el murmullo de la lluvia.

Mía se mordió el labio inferior, una mirada de dolor y anhelo cruzando por sus ojos.

—Charles—respondió, su voz temblorosa pero llena de emoción contenida.

Durante un instante, parecieron suspendidos en el tiempo, atrapados en un momento que parecía contener todo el peso del pasado y toda la incertidumbre del futuro.

Pero entonces, como si un hechizo se hubiera roto, la realidad volvió a ellos. Con un gesto vacilante, Charles extendió la mano hacia Mía, ofreciéndole una pequeña sonrisa llena de esperanza y arrepentimiento.

Mía lo miró por un momento, sus ojos llenos de lágrimas contenidas. Pero luego, con un suspiro resignado, tomo la mano de el chico y luego apartó la mirada y se alejó, dejando a Charles parado en medio del paddock, con el sonido de la lluvia como su única compañía.

El corazón de Charles se hundió mientras la realidad de la situación lo alcanzaba. Sabía que había perdido su oportunidad de arreglar las cosas, de hacer las paces con el pasado y mirar hacia el futuro con esperanza.

Con un suspiro resignado, Charles se alejó, dejando atrás el paddock y todo lo que había perdido. Sabía que la canción de "All Too Well" seguiría resonando en su mente, recordándole lo que había tenido y lo que había perdido, una y otra vez.

A medida que Charles se alejaba del paddock, el sonido de la lluvia parecía aumentar, acompañando sus pensamientos con una melodía melancólica. La imagen de Mía, con su mirada llena de dolor y anhelo, seguía atormentándolo mientras caminaba por los pasillos vacíos del circuito.

Se detuvo un momento bajo un toldo para resguardarse de la lluvia, dejando que sus pensamientos lo consumieran. ¿Qué había salido mal entre ellos? Se preguntaba una y otra vez, reviviendo cada momento de su relación en su mente en busca de respuestas que parecían escapársele.

En medio de sus cavilaciones, el sonido de pasos cautelosos lo sacó de su ensimismamiento. Levantó la vista para encontrarse con la mirada preocupada de uno de sus compañeros de equipo.

—Charles, ¿estás bien?—preguntó el hombre, frunciendo el ceño con preocupación.

Charles asintió con la cabeza, aunque sabía que sus ojos traicionaban su verdadero estado emocional.

—Sí, estoy bien. Solo necesito un momento— respondió, intentando sonar convincente.

Su compañero de equipo lo observó por un momento más antes de asentir con la cabeza y continuar su camino. Sin embargo, la preocupación persistió en su expresión, como si supiera que algo más estaba pasando por la mente de Charles.

Una vez solo de nuevo, Charles dejó escapar un suspiro cansado y se pasó una mano por el cabello empapado. La lluvia seguía cayendo con fuerza fuera, como si estuviera reflejando el torbellino de emociones que se agitaba dentro de él.

Con un esfuerzo, decidió poner un pie delante del otro y seguir adelante. Sabía que no podía quedarse atrapado en el pasado para siempre, que tenía que seguir adelante y encontrar su camino hacia la paz y la felicidad, aunque fuera sin Mía a su lado.

Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, la imagen de Mía seguía persiguiéndolo a cada paso que daba. Sabía que tenía que dejarla ir, pero una parte de él seguía aferrándose a la esperanza de que algún día encontrarían el camino de regreso el uno al otro.

Con un suspiro resignado, Charles continuó su camino por el paddock, dejando atrás la lluvia y todo lo que había perdido. Sabía que el camino por delante sería difícil y lleno de obstáculos, pero estaba decidido a seguir adelante y de ser posible encontrar una manera de obtener otra oportunidad con la oji miel.

Formula 1 - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora