Una luz en la oscuridad

Capitulo 15

POV Ivón 

—Andrew no te enojes, no hice nada malo—dice el rubio con una mueca en su lindo rostro de tes blanca.

—Cameron, Cameron. Te haces el inocente ¿verdad?—comenta el pelirrojo y yo alejandome un poco de ellos voy hacia los caballos y empiezo a lavarlos con el trapo.

—Tal vez debería intentar escapar—pienso y razono en si me daría tiempo a salir de aquí antes que ellos dos me detengan—no se montar caballos—recuerdo y me pongo en un dilema en si hacerlo o no en mis pensamientos.

Decido que sí como estan distraídos debo aprovechar y desato el caballo lentamente e intento subirme y fallo la primera vez. Los miro a los dos y todavía siguen charlando acaloradamente.

Así que, lo intento de nuevo y esta segunda vez lo logro—¡arre!—vocifero y el caballo antes que me agarrara de la cuerda de la que hay que agarrarse para no caer yo, no lo había hecho aún y lo iba a hacer hasta que el caballo alzó sus patas delanteras y me tiro al suelo cayendo yo como un saco de papas.

Y luego sale corriendo hacía los chicos y ellos al escucharlo se apartan y me miran tirada en el suelo.

—Ains, soy patética—musito sobándome la parte trasera que fue que recibió el mayor golpe y me palpitaba toda esa zona trasera junto con la espalda y demás.

—¿Ivón?—Andrew se acerca a mí y me toma de la mano para ayudarme a ponerme de pie—¿estas bien?—me pregunta y no se que responderle.

—Menos mal que caíste así o sino se hubiera escapado Andrew—comenta Cameron.

—¿Qué pasa aquí?—llega de pronto Angus y se acerca a nosotros.

—No es nada Angus—contesta Andrew y Cameron lo mira serio.

—Ella intentaba escapar y se cayó del caballo o el caballo la tiró ja, ja, ja—dice el rubio y yo frunzo el ceño.

—¡No es gracioso!—digo yo un poco molesta porque no pude manejar la situación y salió mal.

—Ja, ja, ja. Si lo es y mucho.

—Cameron—Andrew le habla con voz amenazante y se lo agradezco en silencio.

—En ese caso Andrew—me observa Angus las manos—se ven bien sus manos así que, ponla a lavar la ropa y ya está—trato de respirar hondo disimuladamente para no enojarme y pensar con claridad para saber ¡¿cómo rayos saldre de todo esto y me saco está gente de encima?!

—Muy bien, vamos Ivón iré contigo.

Nos vamos caminando y yo sigo con un pequeño dolor en la parte trasera que no se me había quitado pasados unos minutos lo que hace que me detenga por lo que creo es un pasillo y Andrew se da cuenta.

—Permíteme—lo miro sin entender y lo veo cargarme con sus fuertes brazos y seguir caminando

Nos dirijimos a lo que yo diría un lavadero para lavar la ropa y había como tres mujeres con envases de agua remojando la ropa o mejor dicho lavándola por como podía ver.

Él me baja—muchas gracias—cuando digo esto todas las personas que estaban allí voltean a vernos y me sonrojo un poco.

—Cuidichidh i iad gus an nigheadaireachd a dhèanamh. (Traducción: ella les ayudará a lavar la ropa)—me señala Andrew y yo pienso en que es lo que le está diciendo—mura h-eil fios aige ciamar a nì thu e, cnàimh, nigh aodach. Feuch an ionnsaich thu dhomh.(Traducción: sino sabe hacerlo ósea, lavar la ropa. Por favor enséñenle)—añade y yo solo lo observo para ver si me explica.

—¡Soilleir! ( traducción: ¡claro!)—dicen todas al unísono y yo pestañeo varias veces sin entender nada.

Una de ellas tenía el cabello marrón claro como miel y se acerca a mí—an t-aodach so nighidh tu.( Traducción: esta pila de ropa lavaras)—señala una pequeña montaña de ropa y entendí que me estaba diciendo que las lavara—agus nuair a chrìochnaicheas tu tha am fear seo eile ann.( Traducción: y cuando termines queda esta otra)—señala otra montaña de ropa solo que, esta es más grande y yo frunzo el ceño pensando en que se están aprovechando de mi.

Andrew se sienta en una silla junto a la ventana y yo agarro un poloche o medias y la paso por agua para luego tomar el jabón y estregarlo suavemente.

Pasan no se diez minutos o tal vez más, no lo se con certeza y cuando ya veo por la ventana que está cayendo la tarde y todas al parecer terminaron de sus labores y se fueron.

Y quedé yo sola con Andrew. Mientras él miraba por la ventana yo quise sacar el celular de mi bolsillo y ponerme los audífonos tapandolo lo más que puedo con la gabardina y el velo.

Busco en el celular la canción de New Wine mi único deseo—señor, mi único deseo es tener tu corazón—comienzo a cantarla en voz baja y centrada en lavar la ropa no me di cuenta que Andrew estaba mirándome.

Cuando iba a tomar otra ropa baile un poco y hasta di vueltas porque, me encantaba esa canción hasta que, de pronto siento la mirada de Andrew sobre mi persona fuertemente y fijo mi vista en él—tal vez si le enseño el celular y los audífonos creerá que no soy de aquí y me dejará marcharme cuando le diga que me tengo que ir—pienso y pauso la música.

Me quito uno de los audífonos y él me observa frunciendo el ceño—quiero enseñarte algo, ¿puedes acercarte esposo mío? Ja, ja—él se acerca y saco el celular de mi bolsillo—esto es un aparato que de donde vengo se llama celular—él lo toca con un dedo como si fuera la cosa más extraña que haya visto—y esto son audífonos—le paso uno de ellos para que se los ponga.

—¿Dónde va esto?—pregunta él y yo sonrío.

—Va en el oído Andrew—se lo coloco yo misma y le doy al celular reproducir música y cuando se oye la música Andrew pega un grito como un niño pequeño y se lo quita rápidamente—tranquilo, solo es música —se los vuelvo a poner y yo me siento en el piso y le hago señas para que haga lo mismo y lo hace además de que el cable del audífono se podía romper si no se sentaba.

Lo miro a ver como reacciona ahora y lo veo con el ceño fruncido y yo paso mis dedos por allí haciendo que deje de fruncir el ceño.

Y por consiguiente, cierra los ojos y yo también los cierro recostando mi cabeza en su brazo fuerte y cuando está por terminar faltando como unos minutos me pongo de pie de golpe y le despego el audífono—bailemos, ven—lo insto y él se pone de pie.

—Esta bien pero, no se como hacerlo.

—Yo te enseño, solo sígueme los pasos—nos tomamos de la mano y empezamos a bailar sin reglas o alguna manera específica solo, bailando algo como si fuera un vals o no lo sé, una manera distinta de bailar a como otros lo hacen era esta y yo, me sentí feliz y sonriendo junto con él tropezamos y yo caigo encima de su pecho y nos reímos un montón.

Y observo sus labios, tan apetecibles estaban en ese momento que me dieron ganas de besarlo y noté que él también veía los míos.