Capitulo 26

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POV Ivón

Salimos de la casa Amelia, yo y el señor Robert entonces, cuando estoy afuera los dos esposos comienzan a charlar—Amelia, necesito que me consigas sangre fresca hoy de algún escocés que ande vagabundiando por ahí—dice Robert y la rubia asiente con la cabeza.

—Aunque esposo, tenemos al escocés a uno en casa—refuta.

—Sí pero, a este lo tengo o necesito para hacer otras cosas no para eso—mientras estos dos hablaban muy concentrados caminando yo volteo antes de estar más lejos de la casa y miro hacia arriba y Andrew está mirando por la ventana del cuarto por consiguiente, le hago señas para hacerle entender que escape de allí pues, solo estaba él en la casa.

—Okey, de acuerdo. Hasta más tarde esposo— escucho a Amelia despedirse y no me percate en que quedaron en eso de conseguirse un escocés para la sangre...

—Ojalá no pueda conseguirlo además, ¿para que la querría?—pienso en mis adentros y nos vamos a, como al lugar donde está más poblado o hay muchas personas es decir, donde se encuentran varios mercados de comida.

—Deme cinco panes y una jarra de leche fresca— Amelia compra alimentos y de un momento a otro ve por donde estabamos a un hombre con kilt que pienso yo debe ser escocés, por su vestimenta entonces, ella fija sus ojos en él con una sonrisa maquiavélica que al verla me dió algo de escalofríos.

—Ven, esta es una oportunidad mandada por nuestro señor Hasatán—me toma de la mano jalandome y me lleva a la parte de atrás del mercado donde no había más nadie solo nosotras dos y un como un bosque parecido al lugar donde Andrew y yo estabamos antes y nos atraparon—oh señor mío, necesito esa sangre para mi esposo que le encanta tomar de aquello que le diste aquel día, queremos que nos lo des al igual que anoche hoy otra vez, permite que este tipo venga al bpsque y yo pueda tomar de su sangre—exclama como si le estuviera pidiendo algo importante y yo cruzo los brazos en espera de ver que es lo que ella pretende hacer y más con algunas personas del otro lado que podrían verla y acusarnos a mí y a ella también de hacer tales cosas como esas o peor aún, de matarlo.

—No Ivón, no creo que ella llegue a tanto—me digo a mi misma y de pronto comienza a caer copos de nieve y a nublarse el cielo. Por consiguiente, vislumbro al hombre con el kilt entrar al lugar que parece ser un bosque cerca de donde estabamos—su kilt es parecido al de Andrew, verde con rayas blancas—pienso notando eso ahora.

—¡Oh gracias señor de este mundo!—vocifera medio alto Amelia y doy un pequeño sobresalto—ven—me jala del vestido y tengo que moverme junto con ella o sino lo rompe de tan fuerte que lo está jalando en la parte de la manga—es en este momento que él ha determinado para yo actuar—manifiesta y nos adentramos al espeso bosque siguiendo al hombre.

—¿Con actuar se refiere...?—quería comprender del todo que era lo que ella iba a hacerle a este hombre ya que, yo no, por ninguna circunstancia formaria parte de ello.

—Niña, parece que no lo has entendido aún— responde y el hombre se detiene luego de unos dos minutos más o menos caminando y se agacha entonces, veo a Amelia ponerse la capucha marrón y sacar un cuchillo de donde tenía el pan envuelto y fue como si recordara en ese momento las visiones que he tenido de una mujer con capucha marrón al tocar el cuerpo muerto de aquel hombre y supe en ese momento que tenía que ser ella.

Se acerca con sigilo por su espalda y allí no pude aguantarme más—¡no!—al hombre voltear por mi grito solo terminó en tragedia pues, ella le clavó el cuchillo rápidamente tantas veces que yo solo pude pensar en ¡quitarle el cuchillo!—detente, ¡no!—forcejeo con ella un poco hasta que escucho que vienen personas y Amelia con gesto de disgusto suelta el cuchillo y yo me acerco al hombre tirado en el piso.

—Ayu-yuda—trata de decir el hombre ensangrentado al verme.

—Toma—me pasa Amelia como un pequeño frasco en la mano.

—¿No me digas que...?—no pude evitar decir y ella pone cara de pocos amigos.

—Date prisa, comienza a echar la sangre que chorrea antes de que venga alguien—la veo con otro frasco similar al que tengo cogiendo la sangre y yo me quedo viéndola pensando en que debería hacer si salir huyendo y dejar a este hombre con esta mujer hasta que le saque prácticamente casi toda su sangre y escapar de estos mis secuestradores e ir por Andrew o gritar por ayuda aunque, ella podría matarme...

—¡Agachate y ven!—me jala Amelia por el brazo haciendo que me agache a su par.

—¿Qué está pasando aquí?—oigo la voz de un hombre hablar antes de que yo pudiera reaccionar.

—Oh no—Amelia en su astucia me tira el frasco haciendo que me caiga sangre en el vestido y se pone de pie volteandose entonces, yo hago lo mismo y noto que vinieron varias personas, dos hombres con ropas rojas y negras como si fuera uniformes y tres mujeres y me alegro porque, tal vez pueda librarme ahora de esta mujer.

—Repito, ¿qué está pasando aquí?—dice uno de los hombres agarrando su arma y yo doy gracias a YAHWEH por tenerlos en este lugar.

—Oh no es lo que parece—comenta Amelia y todos le prestan atención a lo que va a decir—¡ella me obligó a tomarle la sangre a este hombre!

—¡¿Qué?!—yo abro grandes los ojos.

—Ella necesita la sangre para tomarla y me amenazó con matarme sino lo hacía. Miren su ropa está ensangrentada y ¿no ven como sonreía? 

—¿Pero, que rayos...?

—Si estaba sonriendo—comienzan a murmurar las personas entre sí y yo aprieto en mi mano fuertemente el frasco.

—Eres una bruja ¿verdad?—me dice uno de los hombres quien se acerca a mí y me quita el frasco de la mano apuntándome ahora con un arma en la espalda.

—Yo no...

—No lo va a decir así abiertamente sin embargo, ella si lo es solo que sabe que si lo dice la queman viva como castigo de los cielos—Amelia me interrumpe y yo me enojo mucho.

—¡Claro que...!

—¡Callate!—no me dejaban hablar—tu vienes con nosotros—me empuja el hombre con el arma para que caminara y así lo hago sacándonos fuera del bosque.

POV Andrew

Pienso en buscar algo para abrir la puerta y por el closet de este cuarto miro por las esquinas a ver si veo un pedazo pequeño de madera para abrir lo que creo es una cerrada y sigo buscando hasta pasar un minuto y doy con un pequeño pedazo de la madera del closet.

—Esto debe ayudar—lo uso con la cerradura y tras varios intentos se abre la puerta—oh gloria—salgo pitando por ella y llego al primer piso—si tu YAHWEH eres real señor de Ivón te pido que esta puerta al menos esta este sin seguro y pueda yo salir de este lugar en paz de aquí en busca de mi esposa—cierro los ojos y toco el picaporte y se abre al yo girarlo— gracias por oírme—salgo de prisa afuera en busca de mi pareja de vida.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora