capitulo 5

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POV Ivón 

Camino hacia la casa que estaba al lado derecho de dónde llegamos en la que parece ser que vive la mujer y el niño, el hombre...

—No eres de por aquí ¿verdad?—me pregunta la señora y yo no se que debería responder.

Buscan una silla después de abrir la puerta de la casa acercándomela para que tome asiento y lo hago—¿de dónde vienes?—ahora pregunta el hombre —espera, mejor se lo preguntamos a Irvin que debe saberlo.

Sale caminando hacia donde estabamos y lo veo mover con el pie el cuerpo de el tal Irvin—¡Irvin, despierta!—vocifera él para despertarlo y yo me pongo de pie yendo al lugar donde él se encuentra.

Me agacho a su lado—¿qué estas haciendo chica extraña?—ignoro su cuestionante y miro de cerca la herida en la cabeza del hombre.

—Esperemos que no tenga una conmoción cerebral aunque, por lo que veo debe ser una lesión y hay que suturarla esa herida que está cerca del cuello.

—¿Sutu qué?—lo miro chasqueando la lengua y recuerdo que estoy en otro tiempo y tal vez él no sabe ni que es eso.

—Coser la herida porque es un poco profunda hay que cerrarla—lo digo de una manera más entendible—traiganme una aguja esterilizada por el fuego e hilo para hacerlo antes que despierte, debemos aprovechar ahora que está inconsciente—él me observa con el ceño fruncido—¡muévase!, se de lo que estoy hablando ¿o quiere que muera?—me sigue mirando fijamente y yo también frunzo el ceño.

—John, no tenemos nada que perder se lo traeré—comenta la mujer y él hombre me sigue observando con desconfianza.

Lo trae y yo alzo las manos—tienen que quitarme esto. No voy a hacerle daño y para empezar no fui yo quien lo golpeó—se acerca John y sacando un pequeño cuchillo de su bota lo rompe la cuerda—¿la esterilizaste la aguja?—le pregunto agachandome cerca del hombre.

—¿Qué rayos es esterili no se qué?—comenta John y yo toco mi cabeza haciendo una mueca.

—Solo pasa esto por el fuego y me lo traes —se lo paso la aguja y la mujer que estaba atrás mío él se lo entrega y ella va dentro de la casa y después de como tres o cinco minutos regresa.

—Gracias—miro al hombre tirado en el piso encima de Clara y noto que él se está moviendo en tanto yo ya empecé a suturar la herida—oh vamos, ya voy a terminar no te muevas—termino de hacerlo con éxito rápidamente antes que termine de despertarse y me levanto del piso observando que él hombre este ya esta hasta abriendo los ojos y emite un quejido como de dolor—no se mueva tanto porque podría soltarse los puntos—le digo—tiene que estar con esos puntos durante siete o catorce días dependiendo de como le vaya a usted—añado.

Él intenta ponerse de pie pero, como que se tambalea

—oh—lo agarro por el brazo para que no se caiga.

—Irvin, mejor ve a la casa de Evan. Al menos por unos minutos—logramos con ayuda de John encaminar o agarrandolo por si se cae a Irvin para luego hacer que se acueste en lo que supongo es la cama del niño por el pequeño tamaño de esta.

—Va a estar bien, solo dejenlo reposar un rato—manifiesto y el hombre llamado John asiente con la cabeza.

Salimos afuera del cuarto y yo me siento en una silla que está cerca de la puerta por unos minutis y pensar que hacer ahora—¿quién es la otra chica que está afuera?, ¿tu la mataste o algo así?— me interroga el tipo del que también veo que tiene ¡una falda!

—La respuesta es no, no la mate yo y ella se llamaba Clara.

—Ah, ¿eres una espia inglesa cierto?—lo miro fijamente frunciendo el ceño.

—Por supuesto que no.

—John, me informan que ya llegaron los hombres de nuestro clan de la batalla de Falkirk—dice la mujer viniendo hacia donde estabamos cortando nuestra conversación.

—Bien, vamos para allá a ver en que podemos ayudar—él se va a la puerta que da a la salida de la casa y yo aprovecho para sacar de mi bolsillo el celular y ver de un pronto la hora y noto que dice en mi celular que son las 2:00pm de la tarde y me sorprendo porque, según vi afuera ya está oscuro aquí y la luna también está afuera sin el sol.

—Tal vez estoy algo confusa de que hora es debido a que no se cuanto tiempo duré en el lugar de mis secuestradores—pienso en mis adentros.

—Tú, te vienes con nosotros.

Yo guardo el celular de inmediato antes que alguien lo vea—tengo que irme...—empiezo a razonar como me hago para salir de su vista y buscar a Xiang para salir de aquí.

—No, irás con nosotros—me toma del brazo con fuerza tanto que diría que me hizo un moretón sacándome prácticamente arrastrada afuera.

—¿No tienes modales?, a una chica se le trata con menos agresividad—no pude evitar comentar.

—Sube al caballo—me ordena después de soltarme y yo paso mi mano por el brazo del agarre el cual, me palpitaba en esa zona donde me sujetó.

—No, tengo que irme—digo con más firmeza.

—Como si tuvieras otra elección, sube ahora sino quieres que te suba yo—respiro hondo para no exasperarme y miro al caballo pensando en que sería mejor hacerlo a que este hombre me toque otra vez sin embargo, nunca he montado a caballo.

—No debe ser tan difícil montarlo y escapar en el. Suena como un buen plan o tal vez no—pienso y en lo que estoy en ello John se sube al caballo—y adiós a mi oportunidad de escapar—me subo detrás de él porque no pienso dejar que él me ponga una mano encima de nuevo y John toca al caballo como con una cuerda donde se está sujeto el caballo y el animal empieza a correr.

Cierro los ojos nerviosa y por obligación toco a John por la cintura porque no me quiero caer y yo con mi corazón agitado aguanto con los ojos cerrados hasta que nos detenemos y abro los ojos aliviada pensando que fue como una eternidad aunque tal vez estabamos más cerca de lo que pienso.

Y observo el lugar notando que es como un castillo de piedra grande y hermoso con varios árboles alrededor llenos de nieve que dan una hermosa imagen pues, me gusta la nieve, el frío, todo ello.

—Al menos tendré una buena imágen de algo para recordar—musito.

—¿Qué dijiste?—John baja del caballo agarrando la cuerda por si yo pienso escapar en el diría yo y  bajo también.

 —Bonito lugar.

—Es el castillo del clan de los MacDonald.

—Oh—sale alguien del castillo y se acerca a nosotros un hombre más bien y con una falda también.

—¿Eres tu John?—cuestiona el tipo en cuanto está a un metro de donde estamos.

—Si, traje a una persona que podría ser una espía inglesa.

—Muy bien, siganme entonces—el tipo da la vuelta y se dirige dentro del castillo.

—¿Quieres seguirlo o quieres que te lleve a rastras?

—N-no, yo puedo sola—me empiezo a poner algo nerviosa otra vez solo que con un poco de curiosidad de como es adentro.

No duro más y sigo al hombre junto con John observando que en el interior hay varias mesas de lo que creo es madera viniendo a ser como un comedor supuse porque, además tenía sillas con personas acostadas en la mesa y sentadas en dichas sillas—¿aquí comen?—dije la pregunta como inconscientemente.

Él señor de unos cuarenta años que nos recibió me observa de arriba abajo—¿para que quieres saberlo?

Miro más de cerca a las personas en las mesas notando que están como sangrando y me dirijo de inmediato a uno de ellos—¿estas bien?—noto que tiene una herida en el brazo.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora