Abro los ojos lentamente, me encuentro en una habitación extraña.
Me levanto y me doy cuenta de que estoy atada, manos, pies.
Sigo teniendo la misma ropa que me puse ayer.
¿Donde están las chicas?.
Mi vista enfoca una habitación muy elegante, tiene cortinas marrones y los ventanales son enormes.
_Por fin despertaste.
Giro mi cabeza hacia un lado, Rowan está sentado mirándome fijamente.
Mi corazón late fuerte por miedo a lo que me puede hacer, se que fue mi esposo pero no dudo de lo que me hará.
_Saliste anoche a una fiesta y tus amigas murieron en un accidente automovilístico.
Mi mente recapacita, recuerdo la botella de ron clavada en la cabeza de Meredith e Ivana con su cuerpo dentro del cristal del auto.
Las lágrimas se me salen.
_Dios.
_La suerte es que no serán problema.
_¿Que? ¿De que hablas?, eran mis amigas.
_Si, lo se. Por eso las mate.
_¿Tú, qué?.
Se levanta y se quita la camisa quedando solo su torso desnudo.
_¿Tu provocaste el accidente?.
Con razón solo yo salí viva.
Abre un armario y saca un látigo.
_¿Cómo pudiste hacer algo así? Eran mis amigas, las únicas familias que tenía.
_Cariño, solo yo puedo ser tu familia, quise ser bueno contigo.
_Nunca te voy a perdonar algo así.
_Este en un látigo de cuero, hecho con piel de hipopótamo_Se pasea por la habitación con el látigo en la mano_ Has sido una sumisa muy desobediente y ¿Quieres saber que se les hace a las sumisas que son desobedientes?.
Lo miro directo a los ojos con tanto odio en mi corazón.
_Se les ata a la pared de espaldas con los brazos abiertos y se les da cinco latigazos, con cada mueca de dolor o grito se les aumentará cinco más.
_Rowan no hagas esto, no tenemos que llegar a tanto.
_Pero si preparé todo para divertirnos.
Suelta mis pies y mis manos y me levanta de la cama, con sus poderes estrella la cama contra la pared rompiéndola en pedazos, me pega de espaldas contra la pared y vuelve atar mis brazos a un tubo largo que está sobre mi cabeza.
Me arranca el vestido, quedó expuesta ante el y sin querer empiezo a llorar nuevamente.
_No llores cariño, todavía no he empezado.
Suena el látigo y es cuando no reconozco al rowan con el que me casé.
Un grito desgarrador sale de mi garganta, sentí ese latigazo como si me abrieran la piel con un cortauñas.
_Rowan, por favor.
_No grites, ahora tendré que darte cinco más.
Vuelve a darme con el látigo y no puedo evitarlo, grito tan fuerte que siento como si mi garganta se despegará.
Sigue así hasta que pierdo la cuenta, la espalda me arde y puedo sentir liquido caliente bajar por mis piernas.
Me desmayo una y otra vez y el presiona mis heridas para que despierte.
Acepto esto por qué lo merezco, nunca debí irme y ahora estoy pagando las consecuencias.
Fueron treinta latigazos hasta que ya no podía más, no reconozco este rowan.
_Me sorprende que hayas aguantado tanto.
Veo como destapa una botella de ron, se da un trago y luego vierte el restante en mi espalda, no aguanto el dolor, grito desahogando todo lo que siento, mi espalda me arde y de estar tanto tiempo parada se me hincharon los piés.
_Rowan, por favor, detente.
_Ya terminé.
Me suelta y caigo al suelo enrrollando me en mi propia sangre.
Tengo frío y las heridas me arden demasiado.
_Enviare a alguien para que te limpie, quiero verte lista en una hora, tengo invitados.
Después de esto lo mejor es la muerte.
Escuchó como se cierra la puerta y después se abre.
Una chica se para a mi lado, con un paño frío me limpia la sangre que salpicaron mis brazos, llega a la espalda y me seca cuidadosamente.
Dos muchachas me ayudan poniéndome de pie, una levanta mis brazos mientras que otra envuelve una venda al rededor de mi cuerpo.
Me cambian las bragas, me peinan limpiando toda la sangre de mi cabello, me visten con un vestido y me ponen tacones.
_Ustedes me recuerdan a unas personas.
Se quedan calladas mientras siguen en lo suyo.
_Lo siento, no podemos hablar con las sumisas.
Sumisa.
Me sacan de la habitación y me dejan en una sala, es enorme y tan dorado.
Nunca vi este lugar.
_Ya terminaron con la sumisa.
_Si señor.
Rowan se acerca, se queda a mi lado y por un momento lo miro.
_Rowan, ¿Por qué haces esto?.
_Te lo dije, eres mia y lo mío no se toca, tienes suerte de que no llegaste a besarlo o hacer cualquier estupidez, desde ahora eres mi sumisa y te trataré como una, tienes que decirme amo, de sumisa a amo nos tratamos con respeto pero yo puedo usar tu cuerpo de todas las formas que quiera y tienes que hacer lo que yo te diga. Olvídate de que alguna vez nos casamos.
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Sumisa de un demonio #3 Portadores De La Lujuria.
FantasySumisa de un demonio libro #3 Eva renace como humana y se da cuenta de su vida jamás volverá a ser la misma, debe enfrentar caminos que la podrían llevar nuevamente a la muerte. Se tiene que leer lo primeros libros para entender la historia, en mi p...