Sumisa de un demonio #3 Portadores De La Lujuria.

Capítulo 4

Sus ojos cambian de color volviendo a la normalidad, pienso que me va a abrazar cuando se acerca a mi pero es todo lo contrario.

Me agarra por las mejillas tan fuerte que casi grito de dolor.

_Puedes decir lo que quieras, eres mia y no abandonó lo mío tan fácil, tomaste alas cuando te alejaste de mi y eso se merece un castigo.

_Aléjate de mi rowan, no te quiero ver.

_Temo que eso no se va a poder.

Las chicas tocan la puerta, Rowan suelta mis mejillas empujando mi cara hacia un lado.

No lo conozco.

_Disfruta tu libertad, dejaré de quitarte energía para que estés preparada para mí, termina lo que estás haciendo por qué vendré por ti y lo que te haré no te va a gustar.

Se va dejando una nube de humo, de pronto me siento bien, mis lágrimas se secan solas, y me puedo sentir más viva que antes.

Esto no es bueno, Rowan vendrá por mi y no se que hacer, no puedo escapar de esto.

Le abro la puerta a las chicas, me miran sorprendidas por mi cambio inesperado.

_Chica te vez increíble, quiero que me des consejos de como pasar de madre con cuatro niños a ser una solterona con pechos enormes.

_La magia del maquillaje.

_Es extraño, por qué no veo ni una gota de base en tu cara.

_No se tiene que notar.

Soy terrible mintiendo.

De todas formas no puedo decirles que un demonio me tenía así, aparte de que morí un par de veces.

_Cambiemos de tema, vamos a la piscina.

_Si, es una buena idea.

Las chicas se cambian mientras me quedo pensando que voy hacer cuando me vaya con Rowan, dejaré mi trabajo y me olvidaré de mis amigas.

Ellas son unos seres inocentes que no tienen nada que ver con la asquerosa vida que llevo, ellas me apoyaron cuando llegue por primera vez a la empresa y nunca se separaron de mi, en vez de criticarme me daban consejos, en vez de sentirse menos, me apoyaban cuando fui la empleada del mes.

No se que haré cuando me vaya, no puedo escapar de esto, esto es de por vida.

Cuando salimos afuera la piscina está vacía, y las chicas se alegran ya que la tendrán para ellas solas.

_Yo me quedaré un poco afuera, ustedes entren.

Con el pasar de los minutos la piscina se llena de niños, algunos enamoran a las chicas y yo me río desde mi sitio.

Son tan bellos.

A lo lejos veo su silueta, me mira con sus ojos rojos y mi corazón se acelera.

Dios! tengo tanto miedo.

Rowan nunca me había dado tanto miedo como ahora.

Lo ignoro saludo a las chicas y me levanto.

Camino hasta el pequeño bar y pido un jugo con mucho hielo.

Vuelvo a mirar y ya no está.

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Cae la noche y nos estamos preparando para la fiesta.

Al terminar salimos juntas y entramos al auto.

Meredith es quien conduce, tiene una botella de ron en la mano y está tomando desde temprano, aún así se negó a qué no la dejarán conducir.

Meredith sube la velocidad del auto, intento detenerla e Ivana también, pero es tarde cuando pierde el control.

Todo pasa en cámara lenta, un zumbido llena mis oídos cuando el auto impacta contra un poste de luz.

Mis ojos se nublan y algo caliente baja por mi frente.

_Chicas.

Susurro.

La escena que ven mis ojos es tan alarmante que un grito sale de mi garganta haciendo que me duela.

La botella de ron se rompió y quedó incrustada en la cabeza de Meredith mientras que Ivana atravesó el cristal delantero.

Intento mantenerme despierta, la sangre sigue cayendo por mi frente y después todo se torna oscuro.