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El teléfono de Kuroo vibró en su bolsillo, interrumpiendo sus pensamientos mientras se encontraba en casa esperando al teñido. Con una mueca de sorpresa, sacó el teléfono y vio el nombre de Hinata parpadeando en la pantalla.

"Hola, Shoyo, ¿qué pasa?" saludó Kuroo, sintiendo una leve inquietud en el fondo de su mente.

"Kuroo, ¿Kenma está contigo?", preguntó Hinata con urgencia, su voz llena de preocupación.

"No, ¿por qué debería estarlo?", respondió Kuroo, su corazón latiendo un poco más rápido ante la ansiedad repentina en la voz de Hinata. "Me dijo que iría a tu casa a recoger unas cosas".

"Nunca llegó", explicó Hinata, su tono ahora claramente preocupado. "Estoy empezando a preocuparme. Tobio ha estado llamandolo pero no responde."

Justo cuando Kuroo estaba a punto de decir algo más, su teléfono volvió a vibrar en su mano. Observó la pantalla con confusión mientras Hinata continuaba hablando, disculpándose rápidamente antes de contestar la llamada desconocida.

"¿Hola?", respondió Kuroo, su voz temblorosa por la inquietud.

"Le habla el Dr. Yamamoto, del Hospital de Tokyo", habló un médico, "¿Es usted familiar de Kenma Kozume?", preguntó con voz grave al otro lado de la línea.

"Sí, soy su... su..." Kuroo sintió un nudo en la garganta, incapaz de terminar la frase mientras el temor se apoderaba de él.

"Me temo que tengo que darle una noticia", continuó el médico con voz compasiva, como si comprendiera el peso de las palabras que estaba a punto de pronunciar. "Kenma ha sufrido un accidente. Hicimos todo lo posible por salvarlo, pero lamentablemente falleció en el acto."

El mundo parecía detenerse mientras Kuroo luchaba por procesar las palabras del médico. Una ola de dolor abrumador lo envolvió, dejándolo sin aliento mientras la realidad se desmoronaba a su alrededor.

Entre sombras y susurros | KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora