Capítulo 5

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Nota: A partir de ahora utilizaré música en la historia, espero les guste.

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Años atrás...

En el salón de entrenamiento resonaba únicamente el eco del saco de boxeo al recibir los contundentes golpes de un individuo, acompañados por el sonido rítmico de su respiración agitada.

Cada movimiento era calculado con la mayor precisión, cada golpe llevaba consigo la intensidad y el dolor por incansables horas de entrenamiento, envolviendo la sala en una tensa atmósfera.

—Shh, nos descubrirán si siguen haciendo tanto ruido con sus zapatos—dijo una voz.

Deteniendo su puño antes de impactar nuevamente en su objetivo, el individuo giró hacia la puerta del salón, justo a tiempo para averiguar quién se atrevía a interrumpir su intensa sesión.

Tres siluetas infantiles que no aparentaban más de 7 años aparecieron frente a la puerta y, con rapidez, la cerraron para evitar ser descubiertos por aquellos que vigilaban los pasillos.

El cuerpo del primer individuo se relajó al reconocer a los intrusos, provocando una gran sonrisa en su rostro.

—Se meterán en problemas si papá los descubre—dijo abriendo sus brazos para recibir a su mellizo.

—¿Puedes culparnos por extrañarte tanto, Cyra? Desde que comenzaste a entrenar con papá nos hiciste a un lado—dijo el mellizo con tristeza.

El rostro de una pequeña Cyra se pintó de melancolía, no era su decisión el abandonar a sus hermanos para entrenar. Su padre le obligaba a trabajar duro para ser fuerte lo más rápido posible, y la pequeña, queriendo compartir un poco de tiempo con su progenitor, aceptaba el sufrimiento con tal de recibir su aprobación.

—Sabes que no tengo opción Dion, es mi deber como G74r0147, algún día ustedes comenzarán con su propio entrenamiento y entenderán—dijo refiriéndose a su mellizo y a sus otros hermanos.

Dando un paso al frente, el hermano mayor se dirigió hacia su pequeña hermana con frustración.

—Que sea tu deber no quita el hecho de que una niña de 6 años debería estar jugando con sus hermanos, no entrenando hasta el desmayo y sin derecho a siquiera saludarnos—expresó Malek.

—¡Sí! Papá te trata como esclava, alguien como tú debería disfrutar de los lujos que nos da nuestro estatus, y no estar encerrada en una sala de entrenamiento—gritó Neil.

Cyra, sorprendida por los comentarios de sus hermanos se dedicó a observarlos por un momento. En tan solo un año habían cambiado tanto. Dion ahora era más alto que ella por al menos 5 cm y compartía con Neil algunas cicatrices a causa de sus peligrosos juegos, seguramente se habrán estrellado en algún lugar con esas bicicletas que tanto les encantan. Y Malek, ahora tenía un aura más madura, al no tener a su hermana debió mantener a raya a sus hermanos pequeños y tomar su lugar como el responsable.

Claramente, su ausencia les había afectado tanto como a ella. Estar lejos de ellos había creado un enorme vacío en su corazón, volviéndola un cascarón vacío a punto de quebrarse.

Con lágrimas en sus ojos, Cyra volvió a abrir sus brazos, esta vez para recibir a todos en un cálido abrazo, como aquellos que solían darse en sus pijamadas secretas hasta hace un año.

—Los extrañé tanto chicos—lagrimeó la pelirroja.

Velozmente, los pequeños se reunieron en los brazos de su hermana, dejando caer miles de gotas llenas de alivio por al fin compartir un momento con la chica.

My angel - Sasuke Uchiha x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora