My angel - Sasuke Uchiha x Oc

Capítulo 4

1 semana y media después

En la oficina del Hokage, un peliplata explicaba el reporte y análisis del entrenamiento de la joven Cyra a su superior.

—A lo largo de su preparación, Cyra ha demostrado ser capaz de dominar todas las artes ninjas rápidamente. En los primeros cinco días pudo manejar todo tipo de armas, aprender las bases del genjutsu y vencer a todos los estudiantes del shinobi Might Guy—explicó evitando mencionar la memoria corporal de la joven.—Además, en esta última semana descubrimos su naturaleza del chakra, la cual es fuego, y he comenzado a enseñarle jutsus de esa naturaleza, y de otras.

Con este último comentario, el Hokage interrumpió al ninja.

—¿Tan pronto le enseñas jutsus de otras naturalezas? Te pedí que le enseñaras lo básico, ese tipo de ejercicios son muy avanzados—dijo confundido.

—Eso quería hablar con usted, Cyra aprende muy rápido, y eso combinado con sus grandes habilidades lograron que en dos días termináramos todos los jutsus básicos y los de fuego, así que decidí enseñarle algunos de tierra y rayo—dijo volteando hacia el suelo mientras esbozaba una pequeña sonrisa.—Será una gran ninja, señor.

La reacción de Kakashi sorprendió al Hokage, parecía que el solitario ninja por fin estaba abriendo su corazón nuevamente. Después de perder a tantos seres queridos, el peliplata no convivía ni con sus compañeros Jounin, así que para el Hokage era maravilloso ver a Kakashi encariñarse con Cyra; quizá inconscientemente se veía a sí mismo en ella y por eso le apreciaba y cuidaba con tanto empeño.

—Bueno, me alegra escuchar que Cyra será capaz de ingresar a la academia mucho antes del examen Genin, así que dile que mañana deberá presentarse—dijo juntando sus manos en un gesto de celebración y felicidad. Kakashi respondió con una simple reverencia para luego retirarse y buscar a la pelirroja.

Cyra se hallaba en su apartamento secando su cabello después de su entrenamiento de genjutsu, aquel día Kurenai sensei le enseñó diferentes jutsus para inmovilizar a sus oponentes, y aunque a Cyra se le facilitaba hacerlos, prefería mil veces la emoción de una pelea cuerpo a cuerpo sin ningún tipo de trampa ilusoria.

Al terminar, caminó hacia la cocina para prepararse algo de cenar, pensó en una rica sopa o un sándwich de pollo; pero desgraciadamente no tenía los ingredientes necesarios para cocinar cualquier cosa.

—Agh, se me olvidó pasar al mercado, tendré que ir ahora—dijo de mala gana porque sus planes de una rica cena y ver televisión se habían arruinado, así que se puso una sudadera y unos tenis, y salió de su hogar.

Agradeció al universo que el sol aún iluminaba el camino hacia su destino. Al llegar tomó una canasta y comenzó a buscar todo lo que necesitaba, iniciando por las frutas que amaba, como las uvas, plátano y fresas. Pasando a las verduras, seleccionó cuidadosamente la lechuga, cebolla, papas y zanahorias; pero mientras extendía la mano para escoger los tomates, su piel se encontró con la de otra persona.

Tan solo ese pequeño roce hizo que por sus cuerpos corriera una chispa de energía, que rápidamente intentaron disipar alejándose bruscamente el uno del otro. Este acto provocó que la otra persona tropezara con el estante y por accidente tirara algunos tomates; gruñendo por el dolor del golpe, el sujeto se dirigió por primera vez a Cyra.

—¡Oye, ten más cuid...!—de golpe el chico paró su regaño, sorprendido por la belleza de la chica que tenía frente a él.

—¡Disculpa! ¿Te lastimaste?—dijo la pelirroja encontrándose con la mirada del joven.

Los ojos que tenía delante eran los más negros que ella había visto; eran como abismos oscuros que escondían secretos profundos. De igual manera, el chico quedó mudo al apreciar su mirada; bajo el ocaso, los ojos verdes de la pelirroja parecían contener pequeñas llamaradas de fuego que bailaban al compás del ritmo del corazón del pelinegro, que al paso de los segundos aumentaba cada vez más. Saliendo de sus pensamientos, la chica volvió a expresar su preocupación.