Apocalipsis Zeta - Parte 3: Venganza...

RECUERDOS (III)

{MAYA}

[San Rafael]
[El día del Brote Z]

Se aproximan tiempos oscuros, lo sé.
El internet falla algunas veces pero no es solo eso. Últimamente las noticias por la radio son extrañas, muchos hablan de teorías absurdas. Por el contrario, por la televisión todo sigue normal.
Aunque no lo hayan anunciado por la noticias de la televisión, todos lo saben ya, todos saben que algo malo ha pasado, está pasando.
El fin se aproxima y no sabemos qué es.
Lo primero que escuché fue que una enfermedad altamente contagiosa había brotado en África y se estaba extendiendo a un ritmo demasiado rápido.
También he escuchado y leído por internet sobre un ataque biológico, sobre conspiraciones de distintos gobiernos, sobre una mafia de asesinos que quieren matar a todos y gobernar todo el planeta, sobre que se aproxima una tercera guerra mundial...
Pero eso no es lo más absurdo de todo. Las teorías más absurdas son las de que los alienígenas han llegado a La Tierra y vienen para destruirla, o la de que los muertos reviven.
No se sabe qué es lo que pasa, yo me inclino más por una enfermedad que está acabando con muchas personas, una enfermedad contagiosa y para la que no hay cura pero no lo sé a ciencia cierta.
Lo único que tengo claro es que estoy aterrada, nunca lo había estado tanto.

Hoy no voy al instituto debido a unos comunicados que mi madre, una persona muy asustadiza, ha escuchado en la radio. Se ha advertido a toda la población de California que nos quedemos en casa porque la extraña enfermedad ha brotado en Estados Unidos, así que mi madre no me ha dejado ir pero mi padre no le ha hecho caso, por mucho que mi madre le rogara, y se ha ido a su trabajo de enfermero.
Mi hermana se ha quedado con nosotros. Ella es mucho mayor que yo, me supera en diez años. Tiene un marido, una casa y trabaja en un supermercado pero hoy no ha ido a trabajar para quedarse con nosotras. Mi madre está muy asustada y estresada y mi hermana Kate ha decidido echarle una mano, para ella la familia es más importante que el trabajo.

Estoy en la cama, aburrida, leyendo el periódico. Hubiera preferido ir al instituto, así no estaría tan preocupada y con tanta tensión, tendría algo con lo que distraerme.

Me quedo dormida.
Me despiertan el sonido de las ambulancias y los coches patrullas.
Al principio pienso que es algo normal, aquí en la gran ciudad de San Rafael se oyen ambulancias y coches patrullas muy a menudo, pero hoy se escuchan más de la cuenta.
Empiezo a temblar de miedo y pienso en lo peor, la enfermedad ya ha llegado a San Rafael.
Me quedo en la cama, incapaz de moverme por la tensión de saber que algo nuy mali está pasando pero no saber lo que es exactamente.

Escucho gritos y corro a la ventana de mi habitación, que está en el segundo piso de mi casa. Vivimos en una calle no muy cerca del centro de San Rafael, en una calle con casas familiares en vez de edificios.
Me asomo a la ventana y no hay nada ni nadie, no veo nada extraño pero estoy segura de que he escuchado unos gritos, unos gritos que me han puesto la carne de gallina.
- Maya, ¿está bien?
Doy un pequeño grito volviéndome en redondo.
Mi hermana Kate está detrás.
- Sí...- suspiro-. Eso creo.
- Tranquila- me acaricia el hombro-. No nos pasará nada malo siempre y cuando nos quedemos dentro de casa. Anda, ven, vamos abajo- me dice y asiento.
Sigo a mi hermana hasta el piso inferior, donde está mi madre haciendo puntos en el sofá de la sala de estar. Siempre se pone a hacer puntos cuando está nerviosa.
Me siento en el sofá al lado de mi madre y esta me sonríe cuando me ve.
Enciendo la tele para ver algún canal que me haga olvidar el misterio que está pasando pero no se ve ningún canal.
- Ah, se me había olvidado decírtelo. No vale ningún canal desde esta mañana- me informa mi hermana.
- Vaya asco- suspiro.
- ¿Quieres algo de comer?- me pregunta mi madre.
- No, tranquila- le digo y me pongo con el móvil pero tampoco hay internet.
- ¿Te va el internet?- le pregunto a mi hermana que está sentada en un sillón al lado de nuestro sofá.
- No, desde ayer no me va.
- A mí tampoco- suspiro.