Cristina
Me abrazo a mi esposo no queriendo llorar, pero es inevitable no hacerlo por las hormonas.
—Volveré pronto, te lo prometo.
—Lo sé, mi amor—Me separo para besar sus labios —No te preocupes, todo estará bien.
—Dios, no quiero irme.
—Entre más rápido vayas, más rápido vuelves.
Suelta un suspiro y veo cómo su rostro se contrae como si tuviera rabia. Sé que lo siente, tener que viajar y dejarme en mi estado lo está volviendo loco.
Contrato a Rosa, una vecina del pueblo que siempre ha sido amable conmigo y estaba más que dispuesta a quedarse en casa y hacerme compañía mientras él regresa.
También le dijo a su esposo que estuviera al pendiente de cualquier cosa que necesitara.
Lo acompaño al aeropuerto y me despido de mi marido. Trato de no llorar cuando se va y al momento que su cuerpo se pierde me derrumbo cayendo en el suelo. Rosa y su esposo me ayudan a levantarme y me sienta en una silla. Me duele estar lejos de él sintiendo un enorme vacío en mi corazón. Sé que Johan está peor, lo vi en sus ojos llenos de lágrimas, pero no derramo ni una sola lágrima para no ponerme mal.
Ese hombre estaba muy mal.
Conociendo a mi marido en dos días o menos iba a estar a mi lado.
Llego a casa y me acurruco con nuestros gatitos, ellas parecen presentir que los necesito y se acurrucan a mi lado.
Me quedo dormida en el mueble y escucho el móvil sonar, sonrió porque sé que es él.
—Hola mi amor.
—¿Qué haces dirimiendo en el sofá? ¿Por qué no estás en la cama? ¿Acaso pasa algo?
—Cálmate y respira mi amor—Sonrió y me siento con la mirada puesta en la cámara —¿Ya llegaste?
—Sí, pero responde por favor.
—Estoy bien amor, solo me acurruque y me quede dormida.
—No, sé que estás mal. Voy a volver a regresar ahora mismo.
—¿Amor? —Lo escucho balbucear —¿Amor?
—Estoy bien, te lo juro.
—¿Me lo juras?
—Si mi amor, no es necesario que regreses.
—¿Acaso ya no quieres que vuelvas? —Sonrió porque parece un niño malcriado.
—Claro que sí mi amor, solo digo que no es necesario que te vengas porque me pase algo. Ve a resolver los asuntos para así no te estén molestando.
—Lo haré, voy a renunciar.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No quiero volver.
—¿Estás seguro?
—Sí, venderé mi empresa y me dedicaré a mi familia.
—Eso me parece bien, pero quiero que te estés seguro y no te arrepientas después.
—No lo haré, tú y mi hijo son los más importantes. Además, después de esto debemos ir planeando al otro—Suelto una carcajada.
—¿No me dejarás descansar?
—Claro que no, te ves increíble embarazada y pienso mantenerte así.
—Dios, cuánto te amo.
—Yo igual—Escucho unas voces y él responde antes de volver a tomar el teléfono —Amor, debo irme, pero te llamaré en unas horas.
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Un verano abrazador
RomanceJohan es un hombre que lo tiene todo. Empresa, familia, millonario y muy guapo, lo único que ha hecho en toda su vida es estudiar y trabajar.Serio y amargado como lo catalogan algunos.Por presión de su familia, decide irse de viaje y tomarse por pr...