CAP 6

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"Gryffindor"

No todo es negro y no todo es blanco.

-Bruce Wolf.

Los gemelos se sentaron en la mesa de Gryffindor, pero notaron las miradas frías y desaprobatorias de varios de los presentes. A pesar de sentirse excluidos, intentaron mantener la compostura y disfrutar de la cena de bienvenida. Sin embargo, el ambiente hostil persistió incluso después de que terminara la cena, mientras se dirigían a su sala común junto con el prefecto, quien resultó ser uno de los Weasley.

La presencia del prefecto Weasley solo intensificó la sensación de malestar de los gemelos, especialmente después de lo que Ron, el niño pelirrojo con el que habían tenido un encuentro tenso, había contado a algunos de sus hermanos mayores. Pronto, notaron que incluso los otros estudiantes de Gryffindor, influenciados por los relatos de Ron, los miraban con desconfianza y desaprobación.

Finalmente llegaron a su habitación en la torre de Gryffindor, un respiro en medio de la tormenta. Sin embargo, la atmósfera no era precisamente acogedora. Jimmy Peakes, el chico rubio y tímido, estaba ocupado con sus propios asuntos, mientras que Ian Jones, el pelinegro de ojos marrones, parecía más interesado en sumergirse en sus propios pensamientos que en hacer nuevos amigos.

Los gemelos, agotados tanto física como emocionalmente por los eventos del día, apenas pudieron intercambiar un simple "hola" con sus nuevos compañeros de habitación. La tensión en el aire era palpable, y la idea de convivir con estos dos estudiantes durante los próximos siete años no parecía muy prometedora en ese momento. Sin embargo, los gemelos decidieron guardar silencio por el momento y esperar a que las cosas se calmaran antes de intentar establecer una conexión con sus compañeros de habitación.

A la mañana siguiente, los gemelos se despertaron temprano en su habitación vacía, pues sus compañeros de cuarto ya se habían marchado. Sin embargo, algo extraño sucedió: sus túnicas no estaban por ningún lado. Con el tiempo justo, se vieron obligados a ponerse las de repuesto y salir corriendo de la torre de Gryffindor, sin tiempo siquiera para desayunar.

Mientras se apresuraban por los pasillos hacia la clase de Transformaciones, un chico alto y pelirrojo pasó junto a ellos y arrojó los libros de Ónix al suelo con malicia, antes de marcharse riendo. Aunque sintieron la tentación de confrontarlo, los gemelos decidieron dejarlo pasar, conscientes de que no querían meterse en problemas.

Al llegar a clase, se encontraron con que compartirían aula con Ravenclaw. Se sentaron juntos en la segunda fila y esperaron a que llegara la profesora McGonagall, quien comenzó la lección explicando los fundamentos de la transfiguración. En medio de su discurso, la puerta se abrió de golpe y entraron el chico de lentes y su amigo pelirrojo, recibiendo de inmediato un regaño por parte de la estricta profesora.

Los gemelos no pudieron evitar soltar una risita ante la escena, encontrando cierto consuelo en el hecho de que no eran los únicos que recibían reprimendas en ese día tan atribulado.

La siguiente hora de clase llevaría a los gemelos a las sombrías masmorras, donde tendrían Pociones con su tío Snape. Aunque estaban emocionados por la clase, no pudieron evitar escuchar algunos comentarios despectivos en el camino, dirigidos tanto hacia la materia como hacia los Slytherin en general, lo cual encendió una chispa de indignación en los gemelos. Sin embargo, decidieron dejar pasar esos comentarios y se apresuraron hacia las masmorras con determinación.

Al llegar, descubrieron que eran los primeros en llegar, y la única compañía eran sus compañeros de Slytherin, entre los que se encontraba Draco Malfoy. Los gemelos se acercaron a su amigo con una sonrisa, contentos de tener al menos a alguien conocido en esa clase.

El legado continúaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora