"Jugar"
"Pelear no siempre esta mal"
-Elizabeth Wolf.
El pasillo del segundo piso de Hogwarts estaba envuelto en un tenso silencio, roto solo por los ecos lejanos de risas y murmullos que provenían de otras partes del castillo. Regulus y sus amigos, con el corazón acelerado y la respiración entrecortada, recorrían el lugar en busca de los gemelos Snape y sus compañeros de Slytherin. Cada paso que daban parecía resonar con un eco ominoso, un recordatorio constante de que algo estaba muy mal. La desesperación comenzaba a asentarse en sus corazones, cuando un ruido sordo, como si algo hubiera sido empujado o derribado, captó su atención.
Se detuvieron en seco. El sonido provenía de una de las puertas a su derecha, una puerta aparentemente ordinaria que ahora parecía emanar una sensación de peligro inminente. Fue Alex quien, sin dudarlo, se acercó primero. Pegó su oreja a la madera fría de la puerta y, tras unos segundos, palideció. Sus ojos se abrieron de par en par, y sin decir una palabra, hizo un gesto a sus amigos para que también escucharan.
Tom, Regulus, y Lorenzo se acercaron rápidamente, sus corazones latiendo con fuerza mientras se inclinaban para escuchar. Al principio, solo se oían murmullos, pero luego, las palabras se hicieron más claras, y lo que escucharon hizo que sus rostros se endurecieran.
-¡Sabíamos que estarías involucrado, Snape's!- espetó Fred Weasley, su voz cargada de veneno y rabia. -Tú y esos malditos Slytherin siempre causando problemas.-
Una réplica indignada se oyó de inmediato, pero la voz era más aguda, más joven. -¡Como si vosotros no hicierais cosas peores!- protestó Pansy Parkinson, su tono desafiando a los Gryffindor a que se atrevieran a contradecirla.
-¡Cállate, mocosa!- rugió Lee Jordan, su voz llena de desprecio y haciendo que Pansy, a pesar de su valentía, retrocediera ligeramente.
-No se saldrán con la suya- añadió George Weasley, su tono igual de amenazante que el de su hermano. -Y no son verdaderos Gryffindors, hermano, si se juntan con serpientes.-
El silencio que siguió a esas palabras fue roto por un golpe abrupto, cuando Tom abrió la puerta de golpe. La escena que encontraron al entrar en la habitación les llenó de furia: los jóvenes Slytherin estaban acorralados en una esquina, sus rostros pálidos de miedo, mientras los gemelos Weasley y sus compañeros Gryffindor se cernían sobre ellos, varitas en mano y miradas asesinas en sus rostros.
Sin pensarlo dos veces, Tom dio un paso adelante, su varita firmemente en su mano, sus ojos oscuros y fríos como el hielo. -Si tienes un problema, Weasley- dijo en voz baja pero peligrosa, -dilo claramente. Pero te advierto, no te metas en asuntos que no comprendes.-
Fred, quien parecía ser el líder de la pandilla Gryffindor, no retrocedió ante la amenaza implícita en las palabras de Tom. -¡No hay nada que hablar!- gritó, su varita apuntando directamente a Tom. -¡Nosotros somos los que hemos sido agraviados! Ron y Harry no se merecían lo que les hicieron, y mucho menos ser objeto de sus ridículas bromas.-
-¿Ridículas?- intervino Alex, su tono sarcástico. -Me pareció bastante ingeniosa, en realidad. Solo que tal vez tu hermano y Potter no tengan sentido del humor.-
Esa última provocación fue la gota que colmó el vaso. Draco, que había estado observando la escena con creciente ansiedad, finalmente no pudo contenerse más. -¡Tom, ayuda!- gritó, su voz llena de desesperación al ver que los Gryffindor seguían presionando.
Esa fue la señal que Tom necesitaba. Sin dudarlo, lanzó un puñetazo directo a Fred Weasley, quien estaba lo suficientemente cerca como para recibir el golpe en pleno rostro. El impacto fue lo suficientemente fuerte como para derribarlo al suelo, y antes de que Fred pudiera recuperarse, Tom ya estaba sobre él, golpeándolo con una furia contenida durante mucho tiempo.
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El legado continúa
Fiksi PenggemarEl eligió a sus amigos antes que a su familia. Ahora ese fue su mayor pecado cual ahora debe cargar. Ella eligió la libertad de sus hijos antes que ella. Ahora ella está aveces sola pero sus hijos son libres. El es amigo de ella, y le está haciend...