Capítulo 7 - Conspiración

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El grupo de Kiara y demás, acompañados por Kendra, fueron todos juntos a la cafetería de la que Rey había hablado antes. En poco rato, estaban todos enfrascados en la conversación. Todos, menos Elizabeth, quién se centraba en silencio en su merienda.

Era Kiara la que se sentía más interesaba por esta chica. — Entonces, ¿estudias algo relacionado con la tecnología o algo por estilo? —

— Podrías decir eso. — Kendra se encogió de hombros. — Aunque lo hago por mi propia cuenta. Estudio en casa en vez de ir a la escuela, así que soy autodidacta. —

— ¿En casa? ¿Eso es legal...? —  Rishabh cuestionaba la idea.

— Me parece que aquí en Nueva York lo es. — Respondió Ping. — Mi tío pensaba hacerme estudiar en casa durante una temporada, de hecho. —

— ¿Por el bullying? — Preguntó Taliba.

— Sí, pero al final le convencí de que podía cuidar de mí misme. ¿Qué hay de ti? — Le chique miró de nuevo a Kendra. — ¿Por qué estudias tú en casa? —

— Es por mi mutación. — La invitada miró al suelo. — Me ha provocado un par de cosas desagradables en el cuerpo... Y ya sabéis lo que los niños crueles le hacen a personas como yo. Como nosotros... —

Se hizo el silencio unos cuantos segundos.

— Oh, pero, ¡no pasa nada! — Kendra intentó animar el ambiente. — La parte positiva de mi mutación es que soy insensible a la temperatura. Así que puedo ponerme ropa que me oculte el cuerpo incluso en Verano. —

— Aunque no parece que puedas hacer eso con tu ojo. — Apuntó Elizabeth, refiriéndose a la venda que llevaba en la cara.

— Me las apaño como puedo. —

— ¡Pues tienes mi apoyo! ¡Los mutantes tenemos que ayudarnos entre nosotros! — Rey no dudó en ponerse del lado de Kendra. — ¡Ah! Por cierto, ¿qué es lo que estudias de tecnología? —

— Más o menos, maquinaria. — Afirmó. — Pero es... Un poco largo y complicado de explicar. —

— ¿A qué te refieres? — Preguntó Kiara.

— Mmh... — Kendra se llevó una mano a la barbilla. — Digamos que es un secreto. —

Elizabeth le clavó una mirada un tanto extraña. — ¿Qué clase de secreto? —

Taliba la paró en seco. — Eli, es de mala educación presionar a los demás. —

— ... Claro. — La chica pálida no tuvo más opción que retroceder. — Mis disculpas. —

No te ralles. — Respondió Kendra, en español.

¡Toma ya! ¡Hablas mi idioma! — Añadió Rey, animado.

La conversación fluyó bien durante un rato. El ambiente era animado, y casi parecía que Kendra ya era una parte íntegra del grupo.

Sin embargo, empezaba a haber más ruido en la cafetería del que Kiara podía tolerar. — Creo... Creo que voy a tomar el aire un rato. — Dijo, levantándose de su silla. — Me está empezando a doler la cabeza... —

— ¿Se te da mal el ruido? — Preguntó Kendra.

— Bastante mal... — Respondió la rubia. — Ya me he comido lo mío, así que os espero fuera. —

— Claro, Kiara. No te preocupes. — Rishabh le ofreció una sonrisa que le tranquilizaba un poco. Así pues, la ingeniera salió a la calle, mientras el mayor del grupo volvía a dirigirse a Kendra. — No te preocupes por la merienda, por cierto. Invitamos nosotros. —

Kiara Sharon - MastermindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora