Capítulo 3 - Opuestos

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Reed Richards. Kiara estaba frente a Reed Richards. El mismísimo Señor Fantástico. Incluso alguien que trataba de aparentar ser fría y calmada no podía ocultar sus nervios. — ¡Ah! Esto, uh... — La pobre chavala empezó a hablar con poca coordinación entre su cabeza y su boca. — ¡Muchas gracias por acogerme aquí, señor Richards! Es... ¡Es un honor trabajar para usted! — Dijo, tratando de poner la pose más educada y respetuosa que podía.

— Vamos, no hace falta que te pongas tan nerviosa. — Dijo Reed, buscando un tono de voz más amigable. — No vas a trabajar para mí, además. Vas a trabajar conmigo. Con la Fundación Futuro. No eres una empleada, eres parte de esto. —

— Ah, sí, ¡claro! — Kiara trató de recuperar la compostura. — Porque si fuera una empleada, eso sería labor infantil, ¿no? ¡Jaja! — Su forma de hacer la situación más ligera fue intentar hacer un chiste. No sintió que le había terminado de funcionar.

El señor Richards, sin embargo, sí soltó una risa baja, como una especie de señal de aprobación. — Es más que eso, señorita Sharon. — Empezó a pasear tranquilamente por el futuro taller de Kiara, mirando a su alrededor mientras imaginaba el aspecto que tendría esta habitación cuando la niña se hubiera ya asentado. — La Fundación Futuro existe, entre otras cosas, para ayudar a personas como tú. No pienses mucho en asuntos como la jerarquía o el rol que desempeñas. Sí, eres una ingeniera robótica, pero creo que deberías tratar de no ser solo una ingeniera robótica. —

— ... Qué... ¿Qué quiere decir? — La joven no terminaba de entender las palabras del héroe.

— Entre otras cosas, quiero decir que es tu primer día aquí, y que un buen lugar por dónde empezar sería relacionarte con otros miembros de la Fundación. — Reed lo explicaba en un tono que si bien era firme, también era afable y cordial. — Tu taller todavía no está listo, así que, ¿por qué no te das un tour por las instalaciones, primero? —

Kiara reflexionó sobre el consejo del mayor. — Si usted cree que debería explorar el sitio... —

— La decisión es solo tuya. Pero, sí. Creo que te va a ayudar. — El teléfono móvil de Reed sonó, interrumpiendo la conversación. Al cogerlo y ver la pantalla, se le puso la cara un poco más seria. — Perdona, Kiara. Es importante. —

— Oh, no, por supuesto, si yo ya me iba. — Dijo ella, aún nerviosa. — Esto... Bueno, ¡ha sido un placer conocerle en persona, señor Richards! — Así pues, la chica se marchó de la habitación, en pos de darse una vuelta por la sede para familiarizarse con el entorno.

Por su parte, Reed atendió la llamada. — Oh, Johnny. — Respondió a la persona que había al otro lado. — Estoy en una de las sedes de la Fundación. Quería conocer a una recién llegada joven promesa. ... Es una chica de la ciudad. Una mutante con un talento para la robótica. —

Pronto, la conversación iría en otra dirección. — ¿Hay algo que me quieras comentar? — Al escuchar la respuesta esa pregunta, su cara se tornó seria y preocupada. — ... ¿Otra vez? Este ya es el cuarto ataque... Lo sé, lo sé... Todavía no estoy seguro. No parece muy organizado. ... Sí, ya que lo dices, puede que Spider-Man encuentre pistas primero. ... Vale. Estaremos en contacto. Buenas tardes, Johnny. —

Colgó el teléfono y cruzó los brazos, pensando profundamente en la situación que se estaba dando recientemente en las calles de Nueva York. — ... Agentes de policía asesinados en la oscuridad de la noche... Mmh... —

Reed Richards dejó el futuro taller, pues tenía una reunión pronto. Pero iba a ser difícil que este asunto fuese a abandonar pronto su cabeza.

[...]

Kiara exploró entera la tercera planta de la sede, y se encontró con toda clase de instalaciones y personas haciendo sus cosas, aunque no estaba segura de si alguna de ellas le fascinaba. Desde entrenamiento de combate, hasta simplemente algunos niños viendo juntas una película, pasando por lo que le pareció un invernadero con unas cuantas flores exóticas, la chica sintió que la mayoría de estas cosas escapaban de su interés personal, aunque no podía negar el estímulo visual que suponía ver todas estas cosas en una sola planta de un mismo edificio.

Kiara Sharon - MastermindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora