𝐌𝐀𝐋𝐈𝐀 | ❝ Estoy despertando. Lo siento en mis huesos. Lo suficiente para hacer explotar mi sistema. Bienvenido a la nueva era ❞
𝙐𝙣 𝙇𝙖𝙗𝙚𝙧𝙞𝙣𝙩𝙤 donde se abre y se cierra una sección para que los individuos usados como ratas de laborator...
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▬ ❝CORREDORES❞ ▬
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Malia despertó por el sonido de los engranajes retumbando en las profundidades de la Caja. Sentía el aire sofocante y pesado dentro de las paredes metálicas, aunque hacía cuatro días que había salido de allí, la sensación de asfixia y el eco de los engranajes aún la siguen atormentando en sus sueños.
Los días pasaban y la frustración cada vez se hacía más grande, la idea de cada día respecto a salir de ese miertero lugar empezaba a ser lejana; tuvo que adaptarse a lo nuevo que sería su vida en el Área conviviendo con hombres.
Aunque no podía quejarse por completo, la mayoría de los chicos ayudaban en el proceso y no era tan abrumador, Malia generó un vínculo especial con Newt, Minho y Chuck. Con el resto... mientras no se entrometieran en los asuntos del otro, se llevaría la habitual armonía en el lugar.
La rubia aprendió las reglas del Área, y los chicos comprendieron que ella no era como ellos, aprendieron sus reglas.
Durante días recibía orden tras orden, trabajar duro hasta que se le encontrara un trabajo perfecto para ella, hasta que pasó el tan ansiado día. Todos los líderes de cada trabajo que existía en el Área estaban reunidos en la choza para una asamblea, en la cual se decidiría su trabajo definido por el tiempo que durará entre aquellas cuatro paredes enormes. Malia era consciente del duro trabajo que ejerció en cada una de las actividades, el problema con Gally sería un rotundo "no" en quedar con los Constructores. Con Jeff no lo hizo mal, en realidad, fue el trabajo más fácil que le tocó ejercer; no sabía si era debido a que en su otra vida pudo estar envuelta en aquella rama o solo no le tocó algo tan pesado como solía decir Jeff. Con Zart... La verdad se la pasaba riendo con él, Newt y a veces con Chuck cuando la visitaba en ratos. Se distraía mucho.
Por lo que, las opciones que tenía en mente no le parecían tan mal. Malia quedaría como cocinera, carnicera o doctora. Le iría bien en cualquiera de los tres.
Sin embargo, algo le llamaba más la atención: el laberinto. Desde su primer día, había sentido una atracción por esos muros, como si algo en su interior la empujara a explorar lo desconocido. A correr a través de ellos.
