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1 mes después se había convertido en el señor Jeon TaeHyung, esposo de Jeon DeokHwa.

Y aunque solo se habían casado por el civil, firmando algunos papeles, sin una fiesta tan ostentosa, TaeHyung estaba feliz.

Había algunas cosas que le parecían extrañas, como el hecho que el señor Jeon no lo besaba o tocaba, ni siquiera dormían en la misma habitación.

No se quejaba pero no terminaba de parecerle extraño.

Tampoco había pedido que él hiciera aquellas, cosa que era muy común con sus anteriores clientes.

Pero esa era la diferencia, el señor Jeon no era un cliente más, no era su Suggar Daddy porque no había un contrato de por medio, si no un acta de matrimonio.

Estaba consiente que en cualquier momento él podía llegar y pedirle este tipo de cosas o que tener un heredero para seguir con su legado.

Y aunque eso todavía no sucedía, no podía estar seguro de que no llegaría a ocurrir.

La verdad no se quejaba, vivía la vida que había soñado aunque se sentía realmente solo, puesto que se tuvo que mudar a Manor Jeon por obvias razones.

Se sentía extraño no vivir junto a JiMin pero sabía que era algo temporal –no tan temporal– ya que no sabía en cuanto tiempo moriría el señor Jeon.

Aunque se escuchara egoísta, era la realidad.

Para nada era desagradable vivir con él, se sentía algo incómodo, no por él, si no por si mismo.

Pero el anciano lo había dicho el mismo, él ya era mayor y no tenía herederos. Así que TaeHyung volvió a sentirse feliz.

La mayor parte del tiempo Tae la pasaba solo, ya que el anciano Jeon salía extremadamente temprano y solo lo veía a la hora de la cena.

Después de tomarla, se sentaban a mirar algún drama hasta tarde y despedirse para cada un ir a su respectiva habitación.

A pesar de no verlo con frecuencia, le había agarrado cierto cariño hacia él, no mal interpreten.

No podía dejar de sentirse extraño, ya que "su relación" si es que así se le podía decir era más parental que a una amorosa o romántica.

El anciano lo trataba como si fuese su nieto y él lo veía más como el abuelito que nunca tuvo y siempre quiso.

Y estaba más que bien con eso.

Aburrido de estar solo todo el tiempo, comenzó a divagar por los rincones de la mansión.

Pasando precisamente por el que se había convertido en su favorito, el pasillo donde se encontraban los cuadros de cada generación de los Jeon.

Tomándose el tiempo de admirar cada uno de ellos, llegando al final del pasillo para admirar la belleza de la hija del viejo Jeon.

Realmente le hubiera encantado conocerla, no sabía porque pero le transmitía una aura tan hermosa y tranquila.

No pudo no notar que la mujer portaba la misma sortija que el anciano Jeon le había dado el día que le pidió matrimonio.

Supuso que era una joya que pasaba de generación en generación, así que retrocedió sus pasos mirando específicamente las manos de las pasadas señoras – fijándose también en el detalle de que nunca antes había habido un señor Jeon.—

Suggar Baby 《▪︎JJK+KTH▪︎》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora