Capítulo 3: ¿Lucy?

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La mansión sangraba, un rio hecho únicamente de sangre desbordaba por su pasillos y habitaciones, y los lamentos eran gritos que lastimaban los oídos.

   -¡Lucy!

Escuchó que la llamaban y al abrir los ojos se encontró con su hermana y su cálido agarre para sacarla de sus pesadillas.
Se tomó un momento para respirar y pudo sonreírle para señalarle que todo estaba bien.

   -No es nada-insistió Lucy incorporándose en la cama.

   -Es la quinta vez en la semana-insistió Alissa sentándose al lado de su hermana en la cama.

   -Estuve más de un año en la mansión Santos-explicó Lucy-es normal que me preocupe aún por ellos.

   -Hermana-la llamó Alissa acomodándole un mechón del rojizo cabello detrás de la oreja-sabes que puedes decirme cualquier cosa.

Lucy sintió que su corazón latía con rapidez, nunca había tenido secretos con su hermana, y había regresado de la mansión Santos con uno que no podía contar, y hacerlo rompería un juramento con Perla.

La noche en la que intentaron regresar a Esmeralda del coma y se enteraron del ataque que sufrió seguía grabado en su mente, y así seguiría siempre, pero no podía decírselo a Alissa, y cada vez que estaba en presencia de su hermana mayor, sabía que ella podía ver algo de ese secreto.

   -A veces siento que regresó una versión de ti-siguió diciendo Alissa.

   -¿Es malo?

   -Para nada. Pero me estás apartando.

   -No lo hago, es solo que todo es muy reciente, viví cosas en la mansión que jamás había visto, otro tipo de maldad y oscuridad.

   -Compártelo conmigo-insistió Alissa.

   -Lo he hecho, te lo he dicho todo.

   -Bien-sonrió y besó a Lucy en la frente para después ponerse de pie-se que algo ocurre, y te conozco Lucy, pero también te entiendo, y un juramento debe cumplirse.

Lucy solo la observó sin poder confesarle lo que había hecho, pero esperando que algún día pudiera.

   -Ahora baja a desayunar, te llegó una carta y sabes que un sobre no mantiene nada en secreto.

Esa revelación fue motivo suficiente para que se pusiera en pie aún con la pijama puesta y se apresurará a bajar al primer piso.

Lucy se sintió aliviada de que no hubiera nadie en casa, el trabajo mantenía ocupada a la familia todo el tiempo.

La carta que estuvo esperando reposaba sobre la mesa del comedor, entre manteles y algunos platos que no se habían recogido del desayuno.

   -Acaba de llegar-dijo Alissa respondiendo a la vez una pregunta que Lucy tenía en mente-es extraño que el correo llegara a la afueras del terreno y no en la correspondencia local.

Debido al gran bosque que rodea la casa y lo recóndito de la ubicación, volvían imposible la correspondencia directa.

   -Sentí que alguien merodeaba por los límites-siguió diciendo Alissa mientras Lucy doblaba el sobre aún sin abrir-y fui a ver pero no había nada, al regresar la carta estaba en el tapete de la entrada, sin remitentes o información, solo "Lucy" escrito.

   -No te preocupes.

   -Está relacionado con brujería.

   -Confía en mi-pidió Lucy-sabes que jamás pondría a nadie en riesgo.

La mansión Santos: Alma eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora