Cada día era tan efímero como eterno para la familia Wilde, y sin previo aviso se cumplió un mes de la fatídica noche donde una bruja irrumpió en la vida de Yera, Gabriel, Maya, William y Jane.
Y nada había cambiado pero al mismo tiempo la vida continuó y ninguna nueva revelación surgió.Yera pasó la mayor parte de ese tiempo pensando en la situación de Malva, era una responsabilidad que no pidieron y que les causaría una sentencia que no podría ser cambiada.
Si Malva vivía era muy probable que la familia de Yera corriera peligro, pero si moría, la pequeña Maya tendría un castigo eterno, tan eterno que su alma jamás encontraría descanso.
"No importa, mamá"-había dicho la pequeña cuando se sentaron a hablarle sobre lo que ellos conocían como las reglas de la vida.
Y Yera sintió como su corazón se contraía al escuchar que su hija prefería dar su vida por la de su familia.Sabía que tenía un don y que probablemente fuera fuerte ya que de alguna manera dañó a Malva, pero eso no tranquilizaba los pensamientos de Yera, y solo quería salvar a su hija.
No importaba la cantidad de dones que tuviera la pequeña Maya, para Yera era su niña de apenas cinco años que le encantaba pintar y jugar. Y no podía aceptar la idea de que algo malo le sucediera, así que después de pensarlo por mucho tiempo tomó una decisión.-Yera-escuchó que la llamaron mientras una firme mano le tocaba la espalda.
-¿Si?-preguntó al retomar la conciencia de que estaba en la cocina de la casa con el desayuno a medio preparar y sus pensamientos perdidos.
-¿Todo bien?-preguntó Gabriel observándola con atención.
-Si, si-insistió ella-desperté más temprano y quise ser útil en la cocina en lugar de dar vueltas en la cama.
-¿Vas a algún lugar?-Gabriel reparó en la ropa de su esposa, llevaba el abrigo y las botas e incluso los guantes estaban sobre la mesa.
-Pensaba ir al hospital.
-Yera, son las siete de la mañana.
-Aún así, debo ir.
Desde que Malva estaba en el hospital bajo cuidados médicos, Yera y Gabriel hacían visitas cada dos días para mantener las apariencias de que se trataba de un familiar en estado crítico y no de una bruja.
Gabriel se alejó para ir por una taza y servirse café mientras el silencio creció entre ambos.
Por primera vez durante todo el tiempo que llevaban viviendo en Nieve blanca había ocurrido entre los dos una discusión de la que poco habían hablado pero que estaba presente como una alerta.-Gabriel-comenzó a decir Yera convencida de que era el momento indicado-necesitamos encontrar una respuesta a lo que está sucediendo.
-Podemos hacerlo-dijo él convencido de cada palabra-pero no es necesario dejar el pueblo.
-No quiero dejarlo-insistió Yera-está es mi hogar...
-¿Pero?
-Las cosas que me dijo Malva aún resuenan en mi mente-confesó Yera-creo que podrían estar en peligro...
A Yera aún le costaba referirse a los Santos como familia, se sentía completamente alejada de todo y como si esa vida ya no le perteneciera.
-No tiene sentido ir al peligro-dijo Gabriel con sinceridad.
-Lo sé, pero si algo sucede quiero saberlo, lo necesito.
-Llámalos.
-No creo que sea lo correcto.
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La mansión Santos: Alma eterna
FantasyDespués de un año bajo una maldición, la familia Santos pasa por otro inesperado suceso cuando un miembro de la familia que murió regresa. Este nuevo acontecimiento traerá más problemas al descubrir que están unidos con una familia de brujas que des...