Yera continuó desconfiando de la presencia de Ofelia y Kit, y se sintió molesta con la mujer por su pregunta en la cena, no era como tal por el significado sino por la intención. Para Yera era evidente que la mujer intentaba presionarla, y eso no le agradó, pero la aceptó de nuevo en su hogar por el bien de Maya.
Su pequeña hija continuaba con las dudas acerca de su don y por el momento solo tenían la ayuda de Ofelia.
La presencia de Ofelia y Kit fue amistosa, y llegaron temprano para acompañarlos a dar un paseó por la nieve, la única que no los acompañó fue Jane quien se quedó dormida bajo el cuidado de Liria.
El paseó fue idea de Ofelia, y sin dar muchos detalles se encontró encabezando la marcha con Maya a su lado.
Yera las seguía de cerca y les prestaba toda la atención, pero Ofelia solo le hacía preguntas relacionadas a que pensaba de las cosas normales como la comida, los sueños, su hogar y la nieve.
Hicieron una pausa, en la cual William aprovechó para hacer bolas de nieve, esperando a que su hermana terminara para que jugara con él.
-¡William!-lo llamó Gabriel al notar que se quitaba el gorro sin importarle el frío y fue corriendo detrás del niño.
Yera se quedó parada, no tenía intenciones de dejar sola a Maya, y sin darse cuenta se quedó a solas con Kit, y la chica no pudo evitar los sentimientos encontrados provocados por el enorme parecido físico del brujo con Bastian.
Pero Kit estaba prestándole atención a William y Gabriel entreteniéndose con la escena de la persecución del pequeño.
Yera no pudo apartar la mirada de Kit, lo contempló de perfil y descubrió que también en eso se parecía a Bastian, se concentró en los ojos oscuros de Kit para no perderse en recuerdos, y fue sorprendida por la mirada del chico atrapándola mientras lo observó,
Yera intentó disimular la acción pero reconoció que era imposible, y sintió pena por ello.
-Lo lamento-se disculpó, e intentó buscar alguna excusa.
-Descuida-dijo Kit con amabilidad-unos días en la mansión Santos me acostumbraron a que vieran en mi a alguien más.
La mención del que fue su hogar también despertó en ella sentimientos que ya no podía ocultar.
-¿Como...-dudó en la manera de formular su pregunta-¿como están en la mansión?
Kit entendió rápidamente la pregunta de Yera, a pesar de ser extraña y un poco vaga.
-La verdad no conviví mucho con los Santos, el asunto de la maldición siempre los tenía ocupados de diversas maneras, pero todos estaban bien, o ilesos, creo que esa es la palabra correcta.
El corazón de Yera se oprimió por el peso de la culpa.
-Tu no has provocado nada-dijo Kit sorprendiéndola, pero Yera recordó que era un brujo y los brujos sentían cosas.
-Es cierto, pero a pesar de todo los amo, no me fuí porque dejara de sentir...-de pronto fue consiente que estaba abriéndose con Kit, alguien que a pesar de estar relacionado a sus hijos y Bastian, continuaba siendo un desconocido para ella, y al mirarlo una vez más entendió que era la familiaridad en su rostro lo que la hacía desear ser sincera.
-Debemos alejarnos un poco-dijo Kit tomando por sorpresa a Yera.
La chica se percató que los árboles se sacudían levemente dejando caer la nieve, y notó que era Maya quien lo provocó.
-Le está enseñando a controlar su don-explicó Kit ante la escena que tenían enfrente y un poco a la distancia.
Ofelia tomó las manos de Maya mientras le susurraba palabras inaudibles para el resto de los presentes, y eso provocó diferentes reacciones en el lugar, desde los árboles sacudiéndose a la vibración de la nieve por la tierra.
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La mansión Santos: Alma eterna
FantasyDespués de un año bajo una maldición, la familia Santos pasa por otro inesperado suceso cuando un miembro de la familia que murió regresa. Este nuevo acontecimiento traerá más problemas al descubrir que están unidos con una familia de brujas que des...