Capítulo 2: Fuego y nieve

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Yera canceló la cena en casa de Liria y André, les dio pocos detalles al respecto y mencionó un familiar lejano, pero sus amigos confiaban en ella y que si estaban en problemas no lo ocultarían.
Por otro lado, Will y Maya estaban emocionados por la visita, mientras que Gabriel tenía las mismas dudas que Yera.

-¿Hermano?-preguntó Gabriel por segunda vez, procesando la información de la conversación y primer encuentro que tuvo Yera unas horas atrás.

-Si, se llama Christopher, y usa el apellido Romanov de su madre.

-¿Y tú estás bien?-preguntó deteniéndose con el acomodo de los platos en la mesa.

-Aún sigo sorprendida, no esperaba conocer a Esther... Ofelia-se corrigió al mencionar el nombre de la madre de Bastian-Es extraño.

-¿De que manera?

-Como si el retrato que vi por años saliera y tuviera en realidad vida. A veces Bastian creía que no tenía mamá.

-Pero todos tenemos.

-Para él fue diferente, nunca la conoció más allá de una foto cundo tenía veinte y los anillos, incluso su padre evitaba hablar de ella.

-Es extraño-reconoció Gabriel-¿Y te dijo que hace aquí?

-Quería conocerme y a Maya, pero se qué hay más, mucho más.

-No podemos confiar tan rápido.

-Y no lo haremos, pero es una bruja y quizás nuestra única opción por el momento para salvar a nuestra hija.

Gabriel alargó la mano para tocar la espalda de Yera y acercarla a su lado, era un toque con cariño y que siempre los llenaba de una calidez personal como si pudieran recordar que eran ellos dos juntos dándose calor en el frió.

-Perdóname por la discusión en la mañana-dijo Gabriel con verdadero pesar.

-No fue una discusión-respondió Yera con una sonrisa solo para él.

-Así se siente, y creo que es porque jamás habíamos estado en posiciones diferente en una situación.

-Lo único que importa es que hagamos lo mejor por nuestra familia, ¿si?

-Si.

Los fuertes pasos de Will y Maya corriendo se escucharon hasta el comedor y de pronto sus pequeñas figuras emocionadas aparecieron una detrás de la otra.

   -¡Ya viene!-gritó Maya con emoción-¡puedo olerlos!

   -¿Olerlos?-le preguntó Gabriel a Yera para asegurarse de que había escuchado correctamente.

   -Es esa cosa de brujos.

Sin hacer más preguntas acompañaron a los niños a la entrada de la casa, Ofelia y Kit eran visibles a la distancia y Yera miró a su hija sorprendiéndose cada vez más de su don, era algo impactante para ella, y muchas de sus dudas al comportamiento de Maya estaban siendo respondidas.

La pequeña Maya siempre había sido susceptible a lo que estuviera pasando, y demostraba más sentimiento en cada emoción desde la felicidad hasta el enojo.

Los invitados fueron recibimos con entusiasmo por los dos pequeños, Gabriel se sorprendió por el parecido físico de Kit con Bastian, algo que Yera no había mencionado, pero rápidamente manejó la situación con amabilidad invitándolos a pasar.

Yera sintió que era una extraña reunión, jamás imaginó tener a esas dos personas como invitados pero se adaptó a la imagen de estar cenando con ellos, no dijo mucho porque la atención la tenían los niños.
William y Maya hicieron muchas preguntas al inicio relacionadas con sus nombres y si tenían el don, de esa manera Yera descubrió que Kit solo poseía el don de la brujería.
Se obligó a no verlo porque sería algo descortés y extraño de su parte, pero el parecido con Bastian era como un llamado y a la vez algo que oprimió su corazón.

La mansión Santos: Alma eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora