Amor Y Crueldad. (Camren)

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Cuatro años después

Corrían riendo a toda prisa por el monte en aquel lugar, estaban felices porque le habían dado a un jabali esa noche comerían carne de cerdo a la brasa, qué mejor motivo que ese para estar felices.

Creg ya estaba hecho un hombrecito apenas dieciocho años pero sabía cazar, pescar, pelear con y sin espada había aprendido de la mejor, Lauren Jáuregui que para sorpresa de muchos seguía ahí sin haber navegado desde su accidente, sus compañeros más nunca volvieron pero no se quejaba había estado viviendo bien.

El muchacho estaba enloquecido por Karla aunque no se había atrevido a decircelo a nadie, ni siquiera a la mismísima Lauren que era como su hermana mayor.

Karla estaba desarrollando su cuerpo de manera prolija, nada quedaba de la niñita de trece años que corría sucia por todos lados haciendo travesuras, ahora tenía un cuerpo de guitarra precioso y el cabello más largo y sedoso que él haya visto. Quería que fuera su novia pero valor para declararce... no tenía.

El muchacho ya sabía lo que era tener una mujer en sus brazos, Julia lo había seducido hace un par de años atrás y le había enseñado los placeres de la vida, Lauren lo felicito cuando se entero, ya era todo un hombrecito y después de que probará a una mujer no había vuelta atrás.

Por otra parte Karla sabía lo que venían a buscar los hombres al local pero seguía siendo virgen, su tía había hecho bien su trabajo de tenerla como su propia hija, no faltó alguno que le hiciera una jugosa propuesta por una noche con la chica pero a todas dijo que no, su sobrina no correría la misma suerte que ella.

Lauren:_ ¿En que piensas? - murmuró besándola en la espalda suave y desnuda.

Estaban acostadas acababan de hacerlo de forma fuerte y fogosa, Greta estaba boca abajo y la ojiverde acostada de lado detrás de ella, acariciando su cuerpo desnudo y oliendola por el cuello, eran amantes fijas pero según ellas nadie lo sabía.

Karla y Julia lo sabían, pero la sobrina no iba a delatar a su tía y Julia le temia a la pirata, sabía que andar hablando de ella sería una posible muerte segura así que el secreto iba a llevarselo a la tumba.

Greta:_ Estoy cansada de esta vida, quiero vivir tranquila apartada de todo esto en un lugar solo - murmuró poniéndose boca arriba miro a Lauren, se levantó un poco para darle un beso en la garganta. - Me encanta tu olor - dijo oliendola haciéndola erizar.

Lauren:_ A mi también me gusta como hueles sobre todo tu coño - dijo subiéndose encima de la ojos grises.

Greta:_ Te Amo tanto... -murmuró besandola con delicadeza colocando una de sus manos en la nuca de la otra acariciando con ternura.

Lauren no la amaba pero si la quería podía estar con ella perfectamente, se separaron por un ruido la ojiverde enseguida se giro clavando su mirada en Karla, la sobrina de su chica que estaba como un venado asustado mirándolas la habían pillado espiandolas.

Karla:_ Lo... Lo... Siento, estaba buscando un cuchillo, debí tocar, no pensé que... - recorrió con su mirada los cuerpos desnudos.

Lauren se acostó boca arriba mirando hacia la ventana, la chica ya la había visto desnuda muchas veces solo le molestaba su insolencia, pero no diría ni haría nada solo por ser familia de Greta.

Greta:_ Amor, Un cuchillo... ¿para que? -. Le pregunto poniéndose de pie se puso una camisa de Lauren, qué la tapaba hasta la mitad de los muslos y camino hasta la chica llevándola fuera de la habitación.

Lauren se sentó iba a vestirse para ir a practicar su puntería. Había armado un campo de entrenamiento para enseñar a Creg y mantenerse ella en forma, aunque no podía dejar de estar consciente de que ahora tenía limitaciones por su pierna faltante. Un tipo qué vivía ahí le había hecho una prótesis de madera, así que tenía una pata de palo como común mente le llamaban a esas cosas, era raro usarla pero era muy útil podía moverse con rapidez y facilidad, no podía correr o aún no lo había intentado.