Amor Y Crueldad. (Camren)

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La casa se lleno de silencio Karla estaba abrazandose así misma mientras miraba por la ventana. Quiso decirle a su tía la verdad, ser honesta de una vez por todas pero ver el cariño que la mujer sentía por ella y que realmente se sentía como si fuera su madre, la llenó de culpa y no pudo decirle nada.

Solo le comento que si, que Julia tenía razón que había estado íntimamente con alguien hace meses, no le dijo con quien por obvias razones, solo le hizo entender con insinuaciones qué había sido con alguien ajeno a su entorno.

Greta estaba triste, ella sabía que lamentablemente para algunos hombres, casarse como quería que lo hiciera la morena, tenía que ser virgen y ya la muchacha no lo era.

Sintió que le había fallado a su hermana por no cumplir completamente con su palabra de cuidarla y llevarla hasta el altar con alguien de bien. Era cierto que ella quería casarla con Creg, pero había pensando mucho últimamente que el muchacho no era bueno tampoco, era pirata, no sabía hacer más nada que pelear y andar detrás de su sobrina, pensó que quizás podía conocer al tipo que la había hecho mujer y ver que posibilidad había para que se casaran.

No quería que su sobrina se quedara solterona y que con el tiempo tuviera que sucumbir a trabajar en el burdel junto a las demás chicas, sabía que ella no dudaría toda la vida así que no siempre iba a cuidarla. Sin decirle más nada a la morena se fue a la habitación para refugiarse en los brazos de la ojos verdes, se sentía muy culpable por no cumplirle la promesa a su hermana.

Greta vivía en mundo de fantasías, creía que estaba viviendo el sueño de la familia y casita feliz. Se paraba muy temprano como siempre lo hacía, hacia el desayuno, limpiaba y sacudia lo que hubiera que sacudir, mientras su amor y sobrina dormían hasta que el sol saliera. Cantaba y sonreía casi siempre, a pesar de la mentira a su alrededor era tan feliz. Como dice el dicho "ojos que no ven corazón que no siente"

La que se estaba llevando la peor parte de todo aquello era la morena no podía hacerse la loca con lo que sentía, Lauren no la buscaba siempre tenía que ser ella la que buscará los muy escasos encuentros, tampoco era totalmente culpa de la pirata pues su tía siempre estaba ahí en medio de las dos, a cada hora, a cada instante, no la culpaba, teniendo una pareja así ¿quien iba a querer estar lejos?

La culpa la calcomia siempre que Lauren salía hacer sus cosas y se quedaba en casa con su tía; esta le hablaba de lo tanto que amaba a la ojiverde y lo bien que se sentía amar y ser amado, más de una vez le dijo que se sentía como de su edad, una adolescente al vivir aquel efervescente amor tan apasionado, nunca había vivido algo igual era la primera vez que se enamoraba así.

Karla sentía que su corazón dolía, era algo tan fuerte que incluso llegó a sentir dolor físico en el pecho, más una sensación permanente de tristeza aunque nadie lo notará, tenía que fingir delante de su tía que todo iba bien. Durante las comida buscaba insistentemente la mirada de su amor pero esta ni eso le daba, sentía una daga en el corazón cada vez que las veía besarse y ser felices.

Por las noches era la peor parte, escucharlas hacer el amor... Las risas, los gemidos y los gritos de placer que invadian aquella casa por todas partes. Ahí empezaba su martirio y su montaña rusa por diferentes emociones, comenzaba envidiando a su tía queriendo estar en su lugar, ser la que estaba debajo de ese cuerpo caliente, fuerte, suave y musculoso ardiendo de placer, la capitan lo hacía rico según su criterio aunque no tenía con quien más comparar, pero los murmullos y gritos de su tía le daban la razón.

Luego de sentir envidia e imaginarse en el lugar de la tía pasaba a la excitacion se calentaba sin siquiera tocarse, su cerebro volaba al escuchar los gemidos, escuchar a Lauren gruñir era tan caliente y sexy para ella que se mojaba hasta con solo pensarlo, casi siempre se masturbaba mientras las escuchaba hacerlo y llegar al clímax.