La pirata se encontraba algo contrariada, aunque rápidamente le tocó pensar que hacer. No iba a subir a ese barco no los conocía la iban a matar quizás, pero ellos tampoco querían entrar a su territorio.
Lauren:_ Le propongo que demos un paseo por la playa usted y yo -. El tipo la miro confuso. - Usted no confía en mi y no lo culpo, pero yo tampoco me siento cómodo subiendo a su nave -. Le dijo dando un paso adelante.
De reojo vio como el grupo que ella estaba enseñando a pelear, se acercaban con espadas en mano, manteniéndose a una distancia prudente pero dispuestos atacar.
Consejero:_ Le aseguro que no ocurrirá nada en mi barco -. Comento señalando hacia donde estaban las dos naves.
Lauren:_ Me perdona pero hablaremos aquí en un lugar neutro, usted tiene a su ejército cuidándolo yo tengo a mis compañeros mirando también -. Señaló donde estaban sus hombres, el viejo quedo en silencio mirando que estaba prácticamente rodeado.
Habían al rededor de treinta hombres lo superaban en número con los que tenía abajo, pero en los barcos habían más esperando su señal pues lo vigilaban desde allá.
Sin embargo ese día no iban a pelear, de verdad querían hacer negocios, necesitaban dinero y doblegar un poco a los españoles que justo en esos momentos se estaban creyendo los reyes del mundo. Necesitaban a alguien que hiciera el trabajo sucio por ellos, quien mejor que el Capitán L. Jauregui mentiría si dijera que no esperaba ver otro tipo de hombre. La verdad quedó sorprendido al ver al hombre que tenía al frente, era muy joven o al menos eso aparentaba su estado fisico, delgaducho, de piel blanca a pesar de haber llevado tanto sol en sus aventuras marinas, y solo había mostrado sus ojos que eran claros, todo raro... los piratas por esta zona mayormente eran esclavos y nativos americanos este parecía no serlo, a su parecer.
Un par de caminatas de punta a punta en la costa de aquella isla, acompañados por un par de esclavos que sostenían un toldo para que el "consejero" no llevara sol... por fin lograron llegar a un acuerdo que los beneficiaba a ambos.
La ojiverde acepto trabajar para los franceses, confiscar cada buque español que ellos creyeran conveniente.
Un barco de los que habían llegado con el noble frances fue entregado a la ojiverde, la nave disponía de varios depósitos para comida, agua, alcohol, armas y leña. Nunca había comandando un barco tan grande, era tres veces más grande que el último barco que comando, habían suficiente míni camarotes para los tripulantes y el camarote de ella era una belleza.
Podía navegar con 150 hombres con total comodidad, ni hablemos del sistema de cañones eran rápidos y fáciles de manejar. El consejero había quedado en enviar armas y pólvora para los cañones, hasta le había dejado unas cuantas monedas de oro a Lauren para que buscará hombres para la tarea.
Al día siguiente de que empezará el trato comenzó con la labor, obviamente los que ya había estado entrenando iban para el trabajo pero le faltaba gente mucha gente, sobre todo gente capaz que supiera pelear y no le tuviera miedo a entrarse en altamar si era preciso hasta la muerte.
En la isla no llego ni a los cincuenta hombres, la mayoría estaban viejos o no sabían ni empuñar una espada, le habían dado tiempo para conseguir a los hombres pero no tanto como para enseñarlos a todos.
Comenzó a visitar islas cercana e incluso se atrevió a ir a la española donde habia mayor cantidad de guardias; a pesar de aquello visito el lugar miro a algunos hombres, la voz de que ella estaría por allá reclutando gente se corrio de prisa, hubo mucha gente que asistió a los puntos "secretos" donde estaría poniendo a pruebas a los posibles prospectos de pirata.
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Amor Y Crueldad. (Camren)
Hayran KurguEl barco de los piratas más sanguinarios, temidos e importantes de la región, se embarca por todo el mar caribe con el objetivo de nuevos horizontes y sobre todo tesoros. Contando con la nave más sofisticada para esa época con una tripulación de ses...