trece

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—Entonces me preguntó si tenía novia, y yo, claramente, le contesté que sí —relataba mientras se sentaba en el regazo de la castaña

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—Entonces me preguntó si tenía novia, y yo, claramente, le contesté que sí —relataba mientras se sentaba en el regazo de la castaña.

—¿Cuándo me la presentas? —bromeó, sintiendo un poco de alivio al pensar que Yerin había conseguido a alguien más.

—¿A quién?

—Pues, a tu novia.

Yerin soltó una carcajada, a la vez que cubría su boca con una mano—. Ay, tontita, pero si eres tú —tomó el rostro de la castaña y dejó un corto beso en sus labios.

Jennie hizo una expresión que vacilaba entre el asombro y la incomodidad. Simplemente no era posible que se lo haya tomado tan en serio, cuando lo habían hablado meses atrás, nada de relación seria. No lo era. No eran nada.

—Oye-

Sus palabras fueron interrumpidas de nuevo al escuchar otra carcajada y acto seguido la pelirroja puso las manos sobre sus hombros.

—Ya lo sé, no es necesario que lo digas. Tú y yo no somos novias —rodó sus ojos y prosiguió—. Es solo que ella fue muy insistente y pues... yo no quiero nada con ella, solo contigo.

Jennie no supo qué contestar al respecto, así que solamente bajó su mirada y decidió que era momento de hablar seriamente con la menor.

—Escucha, hay algo que quiero hablar contigo.

Yerin frunció el ceño y se acomodó entre las piernas de la castaña.

—Está bien, ¿qué pasa, Jenn? —el apodo que hace rato había dejado de ocupar la chica la hizo estremecerse.

—Solo... necesito que, por favor, te bajes o te sientes a mi lado, no lo sé, pero no es correcto hablar esto así —señaló la posición en la que estaban ambas.

Yeri volvió a fruncir el ceño realmente extrañada. Hizo lo que Jennie le pidió y se sentó a su lado en el espacio que quedaba libre del sofá.

—Quiero que me escuches con mucha atención, y que me dejes terminar antes de decir algo —pidió, conociendo la actitud de la pelirroja, quien solamente asintió. Jennie se mostró seria de momento, con las manos en su regazo y su mirada al frente—. Sé que no es necesario que te recuerde que nosotras no estamos en una relación romántica ni nada por el estilo. Pero... hay algo más allá de eso que quiero que sepas.

—Solo ve al punto.

—Bien, ¿quieres que te lo diga de una vez o te importaría escuchar todo el rodeo para que no suene tan... mal?

—Preferiría que lo digas de una vez.

—Bien —hacía pausas cuanto más pudiera, ya que, aunque no pareciera, se le estaba dificultando—. Yo no pretendo herirte de ninguna forma, tú eres muy importante para mí, has estado conmigo en las buenas y malas. Te aprecio mucho, y eso lo sabes.

Yeri seguía atenta a las palabras de la otra chica, sin entender muy bien a qué quería llegar.

—¿Recuerdas a Chaeyoung? —prosiguió. Yerin hizo un sonido afirmativo—. Bien, pues... ella me gusta mucho. De hecho, quiero algo serio con ella —la pelirroja abrió mucho sus ojos con sorpresa, puesto que la castaña le había recalcado muchas veces que no quería ningún tipo de relación de pareja con absolutamente nadie—. Y creo que por esa razón no es para nada correcto que me siga viendo contigo, al menos no de esta forma. Como dije antes, te quiero, pero ya no puedo seguir mintiéndole de esta forma a Chaeyoung. Así que, dime, ¿no te molesta que volvamos a ser solo amigas?

Yerin se quedó observando por unos momentos a la nada. Procesando todo lo que la chica le había dicho, todo lo que le había confesado. Siempre quiso la felicidad de Jennie, pero debía aceptar que tal vez sus sentimientos se habían desviado un poco de la idea principal de ambas de ser "solo sexo".

—Jennie, yo... digo, está bien, claro que quiero. Pero hubiera preferido que me lo dijeras antes de-

Cortó lo que estaba a punto de decir. En realidad no tenía ganas de empeorar las cosas.

—¿Antes de...? —la pelirroja no respondió. No quería aceptarlo frente a ella.

Jennie insistió una segunda vez para que contestara, logrando así que la chica a su lado limpiara disimuladamente una lágrima de su mejilla y respondiera.

—Tú me gustas, Jennie. Me gustas mucho, pero entiendo que a ti te guste Chaeyoung. La chica es realmente atractiva, amable y hermosa.

—Hey, tu también lo eres, no se trata solo de eso. Eres asombrosa y lo sabes, te lo he dicho muchísimas veces —tomó el rostro de la pelirroja entre sus manos—. Pero por alguna razón, a lo largo de los años, me he dado cuenta de que es ella quien me trae a sus pies desde que la conozco. No quería hacerte sentir mal, justamente es por eso que decidí hablarlo contigo ahora. Discúlpame si alguna vez te hice pensar cosas que no eran. No quiero que me recuerdes como alguien que te hizo daño, yo te quiero y siempre lo haré, Yeri-ah.

No pudo contenerlo más y se echó a llorar en las manos de la castaña, quien al darse cuenta, la tomó entre sus brazos y la apretó contra su cuerpo en un abrazo tan sincero que la hizo estremecerse y una que otra lágrima se escapó inevitablemente.

Estuvieron así al menos tres minutos, para después detenerse mientras se limpiaba con el dorso de su mano y Jennie la ayudaba a recomponerse.

—Jennie, quiero pedirte algo —musitó insegura.

—Dime.

—¿P-Puedes darme... un último beso?

La pelirroja bajó su rostro totalmente avergonzada. Al ver que durante varios segundos la castaña no reaccionó, inmediatamente se arrepintió de haber pedido esa tontería.
Levantó su rostro decidida a disculparse, cuando una mano se posó en su mentón y lo levantó por ella para que, segundos después, sus labios se vieran aprisionados por otros cálidos y muy familiares.

Jennie la besó despacio, sin prisa, y con mucho, pero mucho cariño. Un cálido y delicado beso de amigas. Uno que significaba que era el último.

Se separaron al cabo de unos segundos, Yerin con sus ojos cerrados, aún en esa conocida nube de fantasía. Lo había disfrutado mucho. Aunque a decir verdad, sabía que los iba a extrañar.

—Entonces... ¿amigas? —preguntó dubitativa.

—Claro que sí, Jenim —usó ese sobrenombre luego de tanto tiempo, causándole tanta gracia como antes. Literalmente se trataba de la unión de su apellido con su nombre, pero terrible, según Jennie

Sonrió porque todo estaba marchando bien. Había dejado las cosas claras con Yerin y no habían rencores.

Ahora solo necesitaba hablar con Chaeyoung. Y nada más rogaba al cielo por que todo saliera bien, para así poder llevar a cabo de la mejor manera sus futuros planes con la menor.

 Y nada más rogaba al cielo por que todo saliera bien, para así poder llevar a cabo de la mejor manera sus futuros planes con la menor

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massages ↬ chaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora