nueve

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Jennie esperaba en la línea hasta que la persona del otro lado tomó la llamada y con un tono calmado, y extrañamente sereno, dijo:

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Jennie esperaba en la línea hasta que la persona del otro lado tomó la llamada y con un tono calmado, y extrañamente sereno, dijo:

—Yerin, hola. Uh... —a pesar del tono seguro de su voz, en realidad sus palabras eran difíciles de liberar—, quisiera saber si tienes algo importante que hacer hoy.

Mmm, n-no —la llamada realmente sorprendió mucho a la rubia, tanto que se tomó varios segundos antes de contestar, pensando si debía o no hacerlo—, ¿a qué viene la pregunta?

—Solo quiero... hablar. ¿Puedes venir a casa? —pidió poniendo el auto en marcha, mientras colocaba su celular en el aparato determinado para sostenerlo, justo arriba del tablero. Esperó su respuesta unos segundos y como parecía no haberla, decidió hablar de nuevo—. Digo, si no tienes inconveniente con eso.

Para nada —se apresuró a decir—. Yo... estaré ahí en unos minutos —Dios, no podía dejar de pensar en que la mayor le había llamado para eso. Lo más seguro es que quisiera disculparse por tratarla como lo hizo la última vez que se vieron.

—Bien, te espero.

Rosé se sintió abrumada debido al tono que utilizó al decir eso último para luego cortar. Se escuchó demasiado... sospechoso, y claramente no sonaba como la dulce Jennie que conocía que era con ella.

Como sea, Rosé sonrió ligeramente y se alegró un poco de saber que iban a arreglar las cosas. Cosas que ni siquiera ella sabía por qué se habían arruinado. No es como si Jennie las hubiese visto haciendo lo que acababan de hacer en la biblioteca. Solamente ese día estaban muy cerca una de la otra, y ni siquiera fue su culpa. ¿Verdad?

Jennie llegó a su casa e inmediatamente cuando entró en ella, se dispuso a ordenar la sala, la habitación, y su cocina que se encontraba hecha un desastre.

Rosé corrió cuidadosamente los últimos escalones que le hacían falta para llegar al pasillo en donde se encontraba su habitación, sacando a la vez su llave para abrir la puerta. Entró y tiró su mochila a la cama, mientras que se deshacía de su ropa, tirándola también a la cama. Se dirigió rápidamente al baño tomando su toalla en el camino y entró a la ducha.

Su cuerpo que aun seguía caliente se adentró a la fuente helada que se cernía. Sintió un fuerte escalofrío al pensar en qué pasaría si Jennie se enterara de lo que hace unos minutos había estado haciendo con Soyeon. Chica a la cual había rechazado varias veces, y que de todas formas había besado apasionadamente en una biblioteca.

La idea la puso muy nerviosa, más de lo que ya lo estaba debido a los pensamientos que la invadían sobre lo que hablarían con Jennie, y que probablemente tendría que contarle lo ocurrido.

De repente sus manos empezaron a desviarse hacia sus pechos, tocando sus duros pezones debido a lo helada del agua, mientras su otra mano viajó hasta su intimidad, en donde soltó un casi inaudible jadeo al presionar un poco sobre esa zona que la hacía sentir mucho placer.

massages ↬ chaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora