❝Jennie ha tenido un largo día y Chaeyoung solo quiere darle un masaje.❞
↳Adaptación, original de @mindollyy.
↳Contenido explícito.
↳Mención de otros ships.
↳Versátiles (más jentop).
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Rosé asintió con su cabeza y una emoción un tanto extraña le recorrió el cuerpo. Emoción por no saber qué es lo que estaba a punto de pasar y por las recientes cosas que estaba sintiendo al estar en esa situación. Incluso emocionada por las anteriores palabras de la morena.
Jennie se deshizo de la falda que cubría el cuerpo de la chica, dejándola solamente en bragas. Definitivamente le encantaba cómo se veía con faldas, ya fuesen sueltas o apretadas como lo era esa. Le encantaba la manera en la que su cintura se podía vislumbrar cuando su camisa iba por dentro, y de igual manera sus caderas.
Se quedó unos momentos observando su precioso cuerpo, observando cada detalle, provocando que la menor se pusiera tímida ante la mirada lasciva que le brindaba la otra chica, sintiéndose insegura ante esa mirada.
—Dime, ¿te gusta ella? —preguntó, claramente refiriéndose a Soyeon.
—Claro que no, lo que viste fue solo por el trabajo... —respondió con su voz un poco más tranquila que antes. Aún seguía nerviosa.
Jennie se acercó, moviendo sus rodillas para estar justo de frente, sus narices casi rozando.
—¿Me lo prometes? —susurró.
Rosé asintió y mostró una media sonrisa. De no ser porque tenía atadas sus manos, hubiera tomado el rostro de la mayor y hubiese besado sus labios. No lo hizo porque realmente no sabía cómo reaccionar. No sabía cómo sentirse. Ella tenía muy claro que gustaba de Jennie y viceversa, mas nunca lo habían hablado directamente. Era más que evidente, pero seguían sin decir nada al respecto.
Cuando Rosé se fue a Australia, sucedió lo de Jennie y las otras chicas, pero el sentimiento seguía ahí. Lo mismo con Rosé, con la única diferencia que ella solo había tonteado con una chica en su otra universidad, nada serio ni formal. Porque se seguía sintiendo atraída por la chica que ahora se encargaba de besar su cuello.
Jennie besó cada parte que pudo del cuello de la menor, para luego subirlos hasta su mandíbula, sus mejillas y llegar hasta sus labios. Quería besarla mucho. Quería quitar todo rastro de los labios de alguien más. Quería que de verdad fuera solo suya.
Esto verdaderamente iba más allá del deseo carnal que siempre se tuvieron.
Siguieron besándose por muchos segundos más hasta que Jennie empujó delicadamente a Rosé para que esta cayera en las almohadas que habían detrás. Se acomodó sobre ellas y la mayor tomó sus manos para ponerlas arriba de su cabeza, apoyándose en el respaldo de la cama para que no se cansara demasiado.
Era una especie extraña de "castigo", pero tampoco era para hacerla sufrir. Al menos no de esa forma.
Jennie volvió a sonreir en cuanto la vio totalmente para ella, sin oponerse ni nada. Sabía que lo poco que le había hecho lo estaba disfrutando.
Y vaya que lo iba a disfrutar más.
Rosé nunca había sido penetrada por un hombre, esa era verdad total, Jennie lo tenía comprobado. Cómo sus paredes se apretaban en sus dedos cuando la penetraba con estos era una respuesta bastante obvia. Además de que, claro, Rosé se lo había dicho, y ella le creía.